Silencio, oscuridad, olor a cerrado y quemado y la sensación de estar ante algo único. Adentrarse en los depósitos de La Británica es una experiencia «fascinante», según relatan expertos que han tenido el privilegio de penetrar en sus galerías y bóvedas. Aunque el Ministerio de Hacienda mantiene cerrados sus tres accesos con candados, los actos vandálicos hacen que sea posible entrar en la instalación por al menos una de sus puertas, que está rota.