Se habló mucho estos días de respeto. De su falta, más bien. Se habló mucho estos días de la ausencia de humanidad en la política. Y en la calle -añadiría yo- que no es más que un reflejo de lo que ocurre, semana tras semana, en la Cámara Baja y viceversa. Se nos llenó la boca estos días de términos como “empatía” y nos sacudimos todos de golpe cualquier insulto que pudiéramos haber escupido alguna vez, como santos reconvertidos sin rastro en nuestros arcos de flechas lanzadas a lo más íntimo del contrario. Agitó los árboles la carta del actual líder del país -apar ...