Pedro Rocha , proclamado este viernes presidente de la RFEF, pareció agonizar definitivamente cuando nueve 'barones' futbolísticos autonómicos le dieron la espalda para congraciarse con un CSD que le había bajado el pulgar: «Es impensable que el representante del fútbol español en la Eurocopa sea un investigado». Han transcurrido sólo ocho días desde aquella declaración, pero las contradicciones internas del poder deportivo español siguen pasando facturas. Más allá de otras imputaciones judiciales que marcan la agenda política española, el CSD comprende ahora que le resultaría difícil 'cargarse' a Rocha por motivos políticos y de decoro internacional (salvar lo que queda de la 'marca España') cuando otro presidente federativo -véase el de taekwondo- lleva imputado siete años, sostenido entre otros por...
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