Era un día casi destinado para perder: tras la paliza contra el Manchester City y el Barcelona, con LaLiga muy decidida, con el Bayern esperando, los jugadores cansados, rotaciones y una lluvia intensa durante muchos minutos para el partido. Sí, era un día en el que perder podía ser normal y nada doloroso. Pero el Madrid no pierde, ni de broma vamos.
No lo hizo contra el Manchester City, agobiado, contra la pared casi todo el encuentro; no lo hizo frente a un Barcelona mucho más necesitado y que se puso dos veces por delante y no lo hizo contra la Real Sociedad, tras el estrés y con un equipo lleno de futbolistas que no van a jugar en Múnich. Con Güler, Ceballos y Fran García, los futbolistas que menos minutos han disputado esta temporada, con Kepa en la portería, con Militao de titular, con Joselu arriba. Un Madrid de entreguerras, de a otra cosa, un Madrid que apenas atacó durante el partido, que dejó muy poco en el Reale Arena... y que se llevó los tres puntos, ante la estupefacción del rival.
Resulta que los no titulares también han aprendido a defender como lo hacen titulares y el continuo dominio de la Real acabó con un cero en el marcador porque el equipo de Ancelotti sabe que resistir es uno de los pasos funddamentales para la victoria. Lo que pasó en Mánchester fue la culminación de un temporada defensiva de matrícula de honor. Lo de San Sebastián fue un día más de un equipo ejemplar atrás.
Y si arriba faltan los brasileños y Bellingham, no pasa nada. Pocos futbolistas despiertan tanto entusiasmo, tantas ganas de verle hacer cosas como Güler. A sus 19 años, apenas ha podido jugar esta temporada y ya suma dos goles. Uno, tras un gran regate y el de San Sebastián llegando con decisión al área rival tras un centro magnífico de Carvajal.
Porque el lateral derecho fue titular al no poder jugar, por sanción, el encuentro de Múnich. Dani ha participado en siete goles del futuro campeón, más que cualquier otra temporada. Puede que no haya un jugador mejor que el lateral derecho. Quizá Valverde, pero da la impresión de que Carvajal ha sido aún más decisivo que el uruguayo. Por cierto, Fede no fue titular, pero sí acabó jugando. Pasan los encuentros y no se pierde ni uno.
Justo antes del partido, Tuchel, entrenador del Bayern, había asegurado que el Real Madrid te hace un gol que no esperas, cuando nada lo indica. Que, decía, crees que tienes el partido controlado, todo saliendo como lo planeabas, te despistas un segundo o ni siquiera te despistas y, de repente, llevas un gol en contra y ya poco puedes hacer.
La Real Sociedad, tan irregular esta temporada, lo estaba haciendo bien antes del gol del Madrid. Tenía la pelota y las ocasiones, buscaba a Kubo para desequilibrar, amenazaba Oyarzabal, jugaba Barrenetxea. A puntos, por posesión, el partido era suyo. Kepa tuvo que hacer un par de apariciones, aunque sin excesos, porque el Madrid ha aprendido a defender bien, en colectivo. La Real lo hizo casi todo bien, menos cuando tuvo que llegar al área y hacer daño de verdad.
El Madrid se pasó casi todo el partido apagado. Modric intentaba posesiones largas, para tener un poco la pelota y hacer el partido más largo. Pero faltaba pulso en el equipo blanco. No era el día para grandes esfuerzos. En parte por la suma de intensidades en los últimos días, en parte porque el Madrid está en ese punto que sabe que necesita una. Sólo una.