Son las cinco de la tarde. Un sol que abrasa y una sombra que hiela. Y Rafael Nadal llega a entrenar en el segundo día del Mutua Madrid Open . Este aclamado tenista español ha entrado a la pista entre gritos, aplausos y vítores de todos sus admiradores. Ha jugado contra Jiri Lehecka de la República Checa en la pista 13 de tierra batida, la favorita del mayorquín. En las gradas se agolpaban cientos de personas para intentar ver al exnúmero uno del mundo. Incluso detrás de las vallas del estadio se podían ver a los fans intentando captar al deportista mientras jugaba. Cada vez que una persona dejaba una silla vacía rápidamente llegaba alguien para ocuparla. Asimismo, todos los admiradores estaban con sus móviles o sus propias cámaras, ninguna persona quería irse sin su recuerdo. Los jóvenes de alrededor explicaban que «Rafael Nadal es el mejor tenista español. Estoy muy contento de haber podido ver sus partidos de pequeño». Además, también había personas que se lamentaban por su próxima retirada: «Me da pena que estos puedan ser sus últimos partidos, es el mejor de todos. Mi padre me ha criado viendo a Nadal ». Entre jugada y jugada, Lehecka lanzaba las pelotas tan altas que terminaban en las canchas contiguas a la suya. En un entrenamiento rápido y sin pausa, ambos deportistas profesionales se deslizaban por la tierra haciendo de sus movimientos algo sencillo. A la media hora de empezar, Nadal se detuvo para saludar a Carlos Alcaraz , campeón del Mutua Madrid Open de 2023 y a Ilia Topuria , Campeón Mundial en Peso Pluma de la UFC. Entre los grandes logros de Nadal está conseguir 22 Grand Slams , el último en 2022. Además, en 2016 abrió Rafa Nadal Academy, donde se combina tenis de alto nivel con educación y residencia. De esta academia han salido tenistas como Alcaraz. Una ovación en pie Nadal continúa con sus pequeñas manías como limpiar de tierra las líneas de la pista. A mitad del entrenamiento, aunque el tumulto comenzó a desvanecerse, todas las sillas estaban siempre llenas. Nadie quería perderse al mejor del mundo entrenando. Por cada buena jugada de Nadal, los espectadores rompían en aplausos y vítores: ¡Vamos Rafa! ¡Estamos contigo leyenda! El entrenamiento acabó a las dos horas, con todos los asistentes en pie y aplaudiendo al tenista. Mientras Lehecka y su equipo le pedían una fotografía a Nadal, todos los asistentes salían corriendo para intentar conseguir un autógrafo del deportista que salía de la pista cargado con sus bolsas mientras sonreía y saludaba al público.