Cinco años atrás, los miembros de la más famosa dinastía empresaria de Italia se reunieron en una majestuosa residencia del siglo XVIII en las afueras de Turín, luego del funeral de Marella Agnelli, viuda del gran industrial del siglo XX, Gianni Agnelli.
Pero en vez de un encuentro sobrio, la cita fue el estallido más reciente de la disputa que dividió a la familia. La única hija viva del matrimonio, Margherita, chocó con su hijo John Elkann en torno al patrimonio multimillonario de su padre. Desde entonces no han vuelto a verse, indican varios familiares.
El cisma volvió a la primera plana en febrero cuando las autoridades allanaron la casa y las oficinas de Elkann, jefe del negocio familiar y director de la automotriz Stellantis, luego de una demanda presentada por su madre que lo acusaba de haber facilitado la evasión impositiva de su abuela. "Margherita Agnelli dedicó veinte años a perseguir en tribunales a sus tres hijos mayores y a su padre", dijeron los abogados de Elkann después de los allanamientos.
Disputa por el legado
Margherita lleva veinte años enfrentada a sus tres hijos mayores, en una disputa que la mujer de 68 años dice haber encarado por el bien de los cinco hijos que tuvo con su segundo esposo. En juego están miles de millones de euros en activos, incluyendo obras de arte de Monet y Picasso y una participación en Dicembre, la casa matriz del conglomerado Exor, cuyo valor creció un 2.700% hasta los 33.000 millones de euros bajo la conducción de Elkann desde que su abuelo murió hace dos decenios.
Además de Fiat, la automotriz que Gianni Agnelli convirtió en una de las más grandes del mundo, y que ahora integra el grupo mundial Stellantis, Exor tiene participaciones importantes en sectores que van desde la automotriz de Lujo Ferrari y el club Juventus hasta la empresa holandesa de equipamiento médico Philips y la revista The Economist.
"En juego está la posesión de Dicembre y, por lo tanto, de Exor...si Margherita saliera ganadora de las (múltiples) disputas, habría una redistribución en la propiedad de Dicembre y Elkann podría perder la mayoría", explicó Mauro Orlandi, profesor de derecho privado en la Universidad Luiss de Roma.
Cuando Gianni Agnelli murió en 2003, su viuda e hija heredaron, cada una, una porción del 37,5 % en Dicembre, además de activos valuados en cientos de millones de euros, desde obras de arte a propiedades en Italia y el exterior. Elkann, el sucesor ungido por su abuelo ya había recibido el 25 por ciento de la compañía.
Al año siguiente, cuando estaba en duda la supervivencia de la endeudada Fiat, Margherita decidió que quería retirarse del negocio familiar y aceptó un pago por 1200 millones de euros a cambio de transferir a su madre su participación en Dicembre, y desprenderse de los derechos sobre su patrimonio.
Luego de ese arreglo, que se negoció bajo la legislación suiza, ya que en esa época Marella y Margherita vivían en Suiza, la abuela vendió parte de Dicembre a los hermanos menores de Elkann, Lapo y Ginevra, quienes ahora poseen cada uno el 20%, y el resto lo vendió a John a lo largo de los años.
Pero poco después del acuerdo Margherita cambió de opinión; dijo que lo hizo impulsada por el descubrimiento de que el patrimonio de su padre incluía cientos de millones de euros que estaban escondidos en el exterior, y a los cuales se sentía parcialmente acreedora. En 2010, perdió la acción legal que entabló contra el acuerdo de 2004, pero no impidió que la disputa se prolongara.
De acuerdo con el convenio, Margherita también debía pagar una cifra anual a su madre. Ahora, alega que en 2018 y 2019 su madre no pagó el impuesto a las ganancias por esos pagos, según la legislación de Italia, donde insiste que Marella pasó la mayor parte de sus últimos años, por lo que no le cabría la residencia en Suiza.
Un portavoz de Margherita declaró al Financial Times que su intención ha sido simplemente defender los intereses de los cinco hijos que tuvo con su segundo esposo, Serge de Pahlen, y "respetar la voluntad de su padre ya que sólo había donado el 25% de Dicembre a John Elkann, y dejó el resto a Margherita y a la viuda Marella Caracciolo".
¿Arrepentimiento?
Los abogados de Elkann dicen que Margherita vendió en 2004, y que luego cambió de opinión cuando se revirtió la situación en Fiat, con la esperanza de lucrar con la riqueza acumulada de la familia
La respuesta de los abogados de Margherita es que ella se vio "provocada" por sus tres hijos mayores, una referencia a la demanda judicial todavía activa que Marella presentó en Suiza en 2015 y que al año siguiente fue refrendada por John para confirmar la validez del arreglo por la herencia de 2004. Lapo y Ginevra Elkann se unieron a la demanda tras la muerte de su abuela. En Suiza hay en marcha otros procesos referidos al patrimonio de Marella.
"Es un hecho que los Elkann iniciaron una acción contra su madre (en Suiza) incluso antes de que se publicara el testamento de la abuela", comentó el abogado.
Un primo de Margherita, Lupo Rattazzi, cree que la conducta de Margherita obedece al "arrepentimiento del que vendió".
"Recuerdo que ella me dijo que (Fiat) iba a terminar como Parmalat", dijo al FT, aludiendo al grupo de alimentos italiano que quebró en 2003. "De no haber sido por el enorme incremento en el valor de su parte, no habría renegado del acuerdo".
Recompensas
Hoy John Elkann es dueño del 60% de Dicembre, que controla Exor. Principal accionista de Stellantis, Exor debe cosechar unos 700 millones de euros en dividendos tras conocerse que el grupo automotriz registró ganancias anuales récord por 18.600 millones de euros.
Los activos propiedad de Exor, que antes se denominaba IFIL, pasaron de valer 1200 millones de euros a la muerte del abuelo de Elkann a los 33.000 millones de euros actuales.
Otros familiares esperaban que las diferencias pudieran resolverse, en tanto Ginevra Elkann actuaba como interlocutora entre abuela, madre y hermanos. Pero esas esperanzas se desvanecieron durante el funeral de Marella, cuando Margherita y John tuvieron otra pelea, indicaron varios testigos
Ahora el punto de disputa era dónde había pasado Marella sus últimos años. El equipo legal de Margherita sostenía que la mujer había vivido en Italia, por lo que su testamento debía regirse por la legislación italiana, que señala que los hijos siempre tienen derecho a una porción del patrimonio de sus padres.
Los abogados de los tres hermanos Elkann sostuvieron en tribunales que Margherita cedió su derecho a cualquier reclamo por la herencia cuando firmó el acuerdo de 2004. "En 2004 la señora De Pahlen decidió vender sus acciones, una transacción que ahora no puede revertirse", dijo al Financial Times un portavoz de los Elkann.
Pero los abogados de Margherita discrepan. Las demandas que presentó en Italia y Suiza impugnan la validez del testamento de su madre, que fue redactado en Suiza en 2011, y del que ella está excluida en virtud del acuerdo de 2004.
Cuatro de los cinco hijos De Pahlen se unieron a su madre en las acciones que objetan el testamento de su abuela. En una de ellas, que tiene ya unos cuatro años, Margherita también impugna que Suiza tenga jurisdicción sobre el patrimonio de su madre.
Según expertos legales independientes, si tiene éxito la demanda por fraude y los fiscales determinan que Marella vivía en Italia antes de morir, el equipo legal de Margherita podría alegar que la legislación italiana tendría que regir la disputa en torno al testamento de su madre. Pero el portavoz de los Elkann respondió que "bajo ningún punto de vista el control y la propiedad de Dicembre podrían alterarse con las maniobras de la señora De Pahlen".
Cisma familiar
La disputa dividió a los hijos de Margherita. Lapo y Ginevra se unieron a su hermano John y cortaron todo trato con su madre y hermanastros.
Personas cercanas a las dos partes dicen que la relación entre Margherita, una artista que nunca trabajó en el negocio familiar, y los tres hijos que tuvo en su matrimonio con Alain Elkann entró en crisis desde el principio.
Algunos miembros de la familia extendida que pidieron no ser identificados sostienen que el sentimiento de agravio de Margherita está justificado, ya que algunos activos fueron ocultados en el acuerdo de 2004 y otros, como pinturas que valen cientos de millones de euros, desaparecieron luego de la muerte de Marella.
"El padre de Margherita le dejó cuadros que quedaron bajo custodia de la madre hasta su muerte, pero algunos ya no están", dijo uno de los portavoces.
Sin embargo, el vocero de los Elkann aseguró que "de ningún modo desaparecieron los cuadros, esas obras de arte eran propiedad personal de Marella Caracciolo Agnelli y a su muerte quedaron registradas en su patrimonio a cargo de un administrador designado por tribunales suizos". Agregó que Margherita parecía "decidida a infligir dolor emocional a sus tres hijos mayores".
En vista de que hay siete acciones judiciales pendientes que podrían demorar años, amigos y familiares creen que las posibilidades de llegar a un acuerdo son escasas, y que la familia "difícilmente encuentre la paz" pronto.