Tanto las contributivas como las no contributivas han sufrido nuevas modificaciones este año, diseñadas para mejorar el coste de vida y poder adquisitivo de los ciudadanos de España
Las pensiones en España están sujetas a cambios en función de las reformas o aumentos significativos que cambian la vida a millones de pensionistas, después de años cotizados a la Seguridad Social. Modificaciones diseñadas para mejorar el nivel de vida y el coste del poder adquisitivo de los jubilados en nuestro país. Este 2024, cada pensión contributiva o no contributiva, así como las de jubilación o viudedad, han tenido diversas actualizaciones para quienes tienen derecho a ellas logren un acceso a recursos mínimos y a una vida digna.
En España, si se quiere acceder al 100% de la pensión en 2024 es necesario haber cumplido la edad ordinaria de jubilación, que este año está fijada en 66 años y seis meses. Además, tener al menos 36 años y medio cotizados a la Seguridad Social, así como haber cotizado por la base máxima durante los veinticinco años anteriores a solicitar la pensión.
Esta es la más común, referida a la jubilación. Sin embargo, dentro del sistema de pensiones público español, existen varios tipos. Así, entre las pensiones contributivas, además de las referidas a los jubilados, está la de incapacidad permanente, fallecimiento o maternidad y paternidad. Por su parte, las pensiones no contributivas se dividen en invalidez y no contributiva de jubilación, que ofrece ayuda y asegura a las personas mayores de 65 años con pocos recursos económicos y aunque no se haya cotizado lo necesario.
Mientras las pensiones contributivas dependen de la cotización a la Seguridad Social, las pensiones no contributivas se refieren a aquellos ciudadanos que se encuentran en situación de necesidad protegible y que carecen de recursos suficientes para su subsistencia.
En 2024, las pensiones han visto una serie de reformas y aumentos significativos. Las pensiones contributivas de la Seguridad Social, que son aquellas que permiten cubrir la retirada definitiva del salario de un trabajador cuando este pone fin a su actividad ordinaria, verán un incremento general del 3,8%. Esto buscará garantizar que las pensiones no pierdan valor frente al costo de vida que todos vemos subir día a día. Así, ciertos pensionistas recibirán un aumento con incrementos que puedan variar desde el 5% y el 7%, hasta un 14% en casos específicos.
Un ejemplo son para aquellos jubilados que tienen 65 años o más y no cuentan con un cónyuge a cargo, pues su pensión de jubilación se incrementará hasta los 11.552,80 euros anuales, mientras aquellos que tienen un cónyuge a cargo recibirán 14.466,20 euros anuales.
Por su parte, las pensiones no contributivas también sufrirán cambios, con un aumento del 6.9%, estableciendo el importe anual en 7.250,60 euros. En estos casos, se han ajustado los límites de ingresos para el reconocimiento de cuantías mínimas, lo cual es relevante para los pensionistas que tienen otros ingresos, además de la pensión. En cuanto a la pensión máxima, alcanzará los 3.175 euros mensuales, lo que implica un incremento generoso respecto al año anterior.