No perdona la vega andaluza ni a mediados de abril. El sol, radiante e insistente, golpea de bruces el rostro de un Cristóbal Colón que, por ser de bronce, no achina los ojos. Suerte tiene el descubridor. Frente a él, en la entrada de una cuca plazoleta, una placa lucha contra las suelas de la multitud: «Descubrimiento de América. Km. 0». Y acompaña una fecha: 17 de abril de 1492. «Ese día se firmaron las Capitulaciones entre los Reyes Católicos y este marino, entonces enigmático. Lo que se planteó fue un modelo de relación entre el conquistador y la Corona que, luego, se replicó durante toda la gesta americana». El doctor en Historia José Soto Chica habla pausado y sereno,...
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