La Iglesia Católica tiene la tradición de celebrar todos los días del año el santoral, en el que le rinde homenaje a varios de los santos y beatos que han marcado la historia de la cristianismo.
El santoral se utiliza como una guía litúrgica para la celebración de festividades religiosas .Muchas personas también lo utilizan como referencia para nombrar a sus hijos, eligiendo nombres que correspondan al santo o santa del día en que nacen. Hoy, 19 de abril, conmemoramos a los siguientes santos:
En el año 1002, nació en Alsacia-Francia un niño al que sus padres llamaron Bruno. Su historia, que transcurre en un contexto medieval, está marcada por un profundo compromiso religioso y una dedicación inquebrantable hacia la Iglesia. Desde joven, Bruno destacó por su bondad y su diligencia en el estudio, siendo conocido como "el buen Bruno" entre quienes lo conocían.
Tras recibir una sólida formación en la escuela episcopal de Toul, Bruno inició su ascenso en la jerarquía eclesiástica, gracias a las conexiones familiares y al respaldo del emperador alemán Conrado II. En el año 1026, asumió el cargo de obispo de Toul, mostrando un celo infatigable por la reforma de la Iglesia, siguiendo el ejemplo de los cluniacenses.
Su incansable labor y su reputación como líder reformista le valieron ser elegido como el Papa de la Iglesia Católica en 1049, adoptando el nombre de León IX. Desde el inicio de su pontificado, el santo se dedicó con fervor a promover la reforma en la Iglesia, rodeándose de destacados líderes como Hugo de Cluny y san Pedro Damián.
Entre sus principales objetivos estaban combatir la simonía (compra o venta de lo espiritual por medio de bienes materiales), la usurpación de cargos eclesiásticos por parte de laicos y el concubinato entre clérigos. Enfrentó obstáculos y resistencia, especialmente por parte de algunos líderes políticos, además perseveró en su empeño por restaurar la autoridad papal y purificar la Iglesia.
Sin embargo, su pontificado también estuvo marcado por desafíos externos, como los conflictos con los normandos (conquistadores vikingos) y las dificultades en las relaciones con las iglesias orientales, que culminaron en una separación definitiva tras su muerte en 1054.
A pesar de los obstáculos y las adversidades, dejó un legado perdurable como un líder visionario y comprometido con la reforma y la pureza de la Iglesia. Su vida y obra continúan siendo una fuente de inspiración para los fieles de todo el mundo, recordándonos la importancia de la integridad y la firmeza en la defensa de los valores cristianos.
San Expedito, un santo y mártir católico cuya existencia se sitúa entre los siglos III y IV, ha dejado una huella perdurable en la devoción popular debido a su papel como intercesor en causas urgentes y difíciles. Según la tradición, San Expedito sirvió como comandante de la Legión XII Fulminata del ejército romano durante el reinado del emperador Diocleciano.
El nombre "Expedito", que significa "Prontitud" o "Rapidez" en latín, lo convierte en un poderoso intercesor para aquellos que buscan soluciones rápidas a sus problemas. Su martirio está registrado en el Martirologio Romano de la ciudad de Melitene, actualmente Malatya en Turquía, el 19 de abril del año 303, junto a otros cinco militares cristianos que se negaron a renunciar a su fe.
Aunque muchos detalles de su vida permanecen en la oscuridad, se han descubierto aspectos importantes que arrojan luz sobre su existencia. Se cree que San Expedito era un soldado romano perteneciente a la XII Legión, también conocida como la Legión Fulminante. Esta legión, compuesta por cristianos, recibió su nombre después de una experiencia milagrosa durante una expedición militar en la que la oración de los soldados cristianos provocó una tormenta que salvó al ejército de Marco Aurelio Antonio.
El martirio de San Expedito ocurrió como resultado de su negativa a participar en ritos paganos y su conversión al cristianismo, lo que generó la ira del emperador Diocleciano y de sus seguidores. Fue condenado a ser flagelado y luego decapitado en la ciudad de Melitene.
A pesar de que no figura en el calendario litúrgico oficial de la Iglesia Católica, es venerado como patrono de causas urgentes e imposibles, protector de militares, estudiantes, jóvenes y viajeros, así como patrón de causas legales prolongadas. Su devoción se extendió después del descubrimiento de reliquias en París en 1781, aunque su acta de canonización no ha sido revisada por la Iglesia católica.
Aunque la historia exacta de San Expedito pueda estar envuelta en el misterio, su papel como intercesor y protector continúa inspirando la fe y la devoción de millones de fieles en todo el mundo.
Además de recordar a San León IX y a San Expedito, también se tiene presente a los siguientes santos: