Seguro que los menos jóvenes vieron muchas veces en nuestra prensa, de años atrás, este título encabezando una columna llena de frases breves, con pensado acercamiento a la picaresca, la sátira, el juego de palabras, el equívoco y la simpática ironía.
También, con ese mismo estilo aparecían textos e hilarantes historias que firmaba un tal Grako, que no era greco, porque era muy cubano. Les hablo de José Luis Rodríguez Alba. Excelente periodista, humorista, gran poeta, narrador, ensayista… y sobre todo exquisita persona.
Nació en Cabaiguán y desde su terruño defendió la cultura de su pueblo y de la Nación. Se desempeñó como despalador de tabaco, dependiente de comercio, vendedor comisionista, administrador de industrias…
Fue profesor de Química, delegado del Consejo Nacional de Cultura (Cuba) en Cabaiguán, director-administrador de Radio Sancti Spíritus, creador de la Empresa Provincial del Libro en Sancti Spíritus y posterior Jefe de Departamento Comercial de la Empresa en Villa Clara… Se jubiló en 1992, cuando fungía como jefe del departamento técnico productivo de la Editorial Letras Cubanas.
Profundo intelectual, que guardó con orgullo el mérito de fundar el taller literario Rubén Martínez Villena, en Cabaiguán, uno de los de más larga data y más reconocidos a nivel nacional. Además fundador y secretario de actas de la Brigada Hermanos Saiz de Villa Clara, que después pasara a ser la AHS, al fusionarse con la Brigada Raúl Gómez García y el Movimiento de la Nueva Trova.
Insigne colaborador, por más de cinco lustros, de las publicaciones de humor gráfico Palante, dedeté y Melaíto, utilizando seudónimos como Cabaiguán, Cabaiguán Rodríguez y Grako, con espacios personalizados al estilo de las Grakerías.
En el periódico villaclareño Vanguardia defendió conocidas columnas con significativos títulos: Eso yo lo sabía, pero…, Tiene usted la palabra, La frase de hoy y Musicosas.
Fue autor de disímiles libros de humor, ensayos, asesor de documentales y participó en varias antologías cubanas e internacionales.
José Luis Rodríguez Alba estudió durante diez años la historia de Canarias para afrontar lo que el director de Ediciones Aguere, Ánghel Morales García, considera «su obra cumbre»: La Historia de Canarias en décimas, que «junto al poema de Viana, es lo mejor que se ha escrito acerca de la historia de Canarias en verso».
Morales García, quien además de su editor, fue amigo cercano de nuestro Grako, asegura que: «este inmenso poeta era un hombre muy afable y divertido, que siempre hizo de la hospitalidad una forma de agradecer lo que creía que los demás habían hecho por él, aunque realmente éramos los demás los que teníamos y tenemos que estarle agradecidos por todas sus atenciones».
