La oposición venezolana ha logrado inscribir dos candidaturas in extremis para las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio pese a los obstáculos colocados por el chavismo en las últimas horas. El bloque opositor tiene el reto de llegar unida a unos comicios en los que medirá fuerzas con el presidente Nicolás Maduro, que busca su tercer mandato de seis años.
Manuel Rosales, gobernador del estado petrolero de Zulia y antiguo opositor de Hugo Chávez, formalizó su candidatura ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) al finalizar el plazo para inscribir candidatos en un sistema automatizado. Mientras, la principal agrupación opositora, Plataforma Unitaria Democrática (PUD), denunció el bloqueo del acceso para la inscripción de su candidata, Corina Yoris, postulada por María Corina Machado como su representante al no poder postularse por una inhabilitación que le impide ejercer cargos públicos durante 15 años.
El presidente del CNE, Elvis Amoroso, presentó el martes la lista de los candidatos y partidos inscritos en la boleta electoral, en la que figura Rosales y su partido, Un Nuevo Tiempo (UNT), y luego anunció el nombre del exembajador Edmundo González Urrutia como candidato de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), la antigua alianza absorbida por la actual Plataforma Unitaria, que tiene su propia boleta electoral.
En un comunicado, la MUD explicó que había inscrito «provisionalmente» a González Urrutia, «ante la imposibilidad manifiesta de inscribir hasta el momento al candidato electo». «Todos, absolutamente todos los partidos que se han presentado hoy están participando, sin ningún tipo de restricción», dijo Amoroso.
La admisión de un solo candidato de la Plataforma de Unidad coincidió con la preocupación expresada por gobiernos aliados de Maduro, como los de Brasil y Colombia. La Administración Biden, crítico habitual con Caracas, también expresó su preocupación. Washington estuvo al frente del proceso de negociación de las elecciones, en el que la oposición pidió sin éxito la habilitación de Machado, favorita en las encuestas.
Caracas reaccionó rápidamente a las declaraciones de Brasilia y Bogotá, tachando de «intervencionista» la preocupación expresada por los dos gobiernos aliados de Maduro. En un comunicado emitido por el canciller Yván Gil, la Cancillería venezolana dijo que «repudia el comunicado mediocre e intervencionista, redactado por funcionarios de la Cancillería brasileña, que parece haber sido dictado por el Departamento de Estado norteamericano». Gil ya había acusado a la Cancillería colombiana de dar «un paso en falso» y cometer «un acto de grosera injerencia».
González Urrutia es lo que los expertos electorales en Venezuela llaman un «candidato tapón», que puede ser sustituido hasta el día de las elecciones. El martes, Machado redobló la apuesta por Yoris, una filósofa y profesora universitaria de 80 años. «Lo que advertimos durante muchos meses se ha cumplido: el régimen ha escogido a sus candidatos», dijo la exdiputada, sin nombrar a Rosales, de quien es crítica. «Mi candidata es Corina Yoris», insistió.
Machado ganó las primarias de la Plataforma de la Unidad con más del 90% de los votos y las encuestas le dan el 70% de los sufragios frente al 30% de Maduro. Su apoyo es crucial para el candidato de la unidad opositora.
«Haré todo lo que tenga que hacer por la unidad», dijo Rosales durante una rueda de prensa, en medio de acusaciones de haberla «traicionado». «Si la plataforma pide, acuerda, decide cualquier cosa, yo estoy en la plataforma, no me muevo de allí ni un milímetro», dijo.
Maduro, que busca un tercer mandato que, de ser reelegido, le mantendría en el poder durante 18 años, inscribió su candidatura el lunes a bombo y platillo y sin cortapisas. «Perderá ante cualquier candidato opositor que logre la unidad y fomente la participación ciudadana», dijo a la agencia France-Press el analista político Yoel Lugo. «El peor escenario para la oposición es mantener el tono de crispación interna».
Además de Maduro y Rosales, se presenta el exrector electoral Enrique Márquez, que formó parte de la coalición opositora pero ahora se autodenomina independiente, y otros nueve candidatos que se presentan como antichavistas, aunque son tildados por la oposición tradicional de «alacranes», término utilizado en Venezuela para referirse a los «colaboracionistas» del oficialismo.
Maduro calificó el martes por la noche de «terrorista» al partido de Machado, Vente Venezuela. El presidente había denunciado el lunes que dos hombres armados, a los que vinculó con el partido, fueron detenidos en un mitin del chavismo y que tenían un plan para asesinarlo.
Siete miembros de Vente Venezuela han sido detenidos en los últimos días y hay órdenes de captura contra otros siete. Sin revelar sus identidades, el gobierno argentino informó que opositores venezolanos fueron recibidos en la residencia de su embajador en Caracas.
