PESTAÑA esp-brasil-bernabeu Crónica 5 El nuevo Santiago Bernabéu con el techo cerrado, sus paneles con fuentes de calor, ambiente de confort, sus gigantescos marcadores aún por estrenar, la estructura metálica en blanco metalizado por encima de las cabezas del personal... Todo confiere un aspecto aún más intimidatorio. La grada parece a punto de volcarse sobre el césped, una suerte de coliseo con el público vociferante desplegando garganta a dos metros. De aquí es imposible escapar vivo. Luis de la Fuente viste de lujo a la selección. La alineación puede ser la titular en la Eurocopa con Gayá o Grimaldo disputando el lateral izquierdo, y la opción de Mikel Merino en el centro del campo. El cambio de piel respecto al último amistoso con Colombia le sienta de cine al equipo español. Todo es más armonioso y dinámico, fluido por el centro con Rodri y Fabián, punzante por las bandas con Nico Williams y Lamine Yamal . El primer periodo de los dos extremos es un espectáculo. La potencia, desborde y profundidad del bilbaíno, la habilidad, cambio de ritmo y zurda deliciosa del culé estimulan a la selección y anticipan días de jolgorio. Todo rezuma color en la selección porque en la banda del pánico, Vinicius no puede con Carvajal y las ayudas que florecen como níscalos con la lluvia otoñal. España marca en un primor de Lamine Yamal. Dos fintas, una aceleración y dos brasileños al suelo o en apuros. La pierna de Joao Gomes compromete a su equipo, Rodrigo marca de penalti por el centro. Es la fase de despliegue de la selección, magnífica interpretación de juego posicional rápido, ágil y que filtra juego por las bandas, donde Nico y Lamine causan estragos y riman con el gol. Noticia Relacionada FÚTBOL estandar No Arrasate dejará el banquillo de Osasuna a final de temporada D. C. El técnico vizcaíno pone fin a seis campañas al frente del conjunto navarro, desde Segunda división hasta la disputa de una final de Copa y el regreso a Europa Fabián chuta alto antes de que el tercer protagonista, Dani Olmo , un indiscutible para De la Fuente , le llene de argumentos. El caño al defensa brasileño dentro del área, el rebote con fortuna y el balón a la cazuela. España está inspirada y no especula con el marcador. Hace disfrutar a la parroquia en el Bernabéu cerrado a la gélida noche de Madrid. Brasil ofrece en dosis muy escasas la tradición de su fútbol, la esencia de sus calles, el jogo bonito de sus favelas. Es Rodrygo el mejor intérprete, estupendo repertorio del madridista para derribar rivales con la cintura al no poder contar con la gracia y la potencia de Vinicius, que sigue tratando de descifrar a Carvajal. España tropieza y se complica por el papanatismo imperante en el fútbol que obliga a los porteros a jugar como si fueran Beckenbauer. Unai Simón falla un pase fácil cerca de su área y la captura de Rodrygo es el primer gol de Brasil. La técnica brasileña se apodera del estadio, impulsada por ese tanto y la fatiga de los españoles, que ya no presionan con el mismo colmillo. El balón ya circula del portero a sus delanteros con otra velocidad, menos denso, más cadencia y musicalidad. Es el Brasil que cualquiera puede esperar. Sale Endrick, futuro madridista, que deja sello en la noche. Marca el segundo gol de su selección en un rotundo disparo y le sacude una patada a Cucurella que el árbitro cancela con amarilla. A España se le van disipando los efluvios porque Yan Couto, que ha salido de nuevas, se aprovecha del cansancio de Nico Williams para igualar el pulso. Resiste al paso de los minutos Lamine, siempre con la imaginación por bandera para desarbolar y animar a la gente. El Bernabéu expresa su parecer, feudo madridista aunque juegue la selección en un país de clubes. La grada pita a Morata, que ha fallado en un par de lances, y pide a coro a Joselu, el local. Mal asunto cuando tu téorica hinchada increpa por cuestión de colores. A Vinicius , que no ha hecho nada, se le despide con una salva de aplausos. También hay reconocimiento eufórico para Rodrygo, el mejor del partido con Lamine Yamal.