Casi tres veces el tamaño de Nueva York. O prácticamente el doble de Roma, es decir, un área cercana a cuatro veces la de Madrid. A eso equivalen las 230.000 hectáreas sembradas de coca en Colombia, un mar verde de plantas que no se habrá reducido en el próximo Informe Mundial sobre las Drogas de Naciones Unidas (Undoc) . En 2015 la Corte Penal prohibió fumigar esas plantaciones con el pesticida glifosato por su impacto en la salud y el medio ambiente. Y para cumplir con la erradicación forzosa, ordenó arrancar las plantas a mano con una política débil de eliminación voluntaria. Desde el fin de la fumigación , la extensión de los cultivos de coca no ha parado de...
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