Tan solo hacía dos semanas que
Carlos Sainz fue operado de apendicitis y se llegó a dudar de que si estaría en el
GP de Australia. No es que estuviera, es que
firmó una exhibición para dar otro golpe encima de la mesa de los que dejan huella. Sin estar al 100% físicamente al estar dos semanas en cama, el español
logró su tercera victoria, la primera del año, liderando desde la segunda vuelta con un ritmo frenético con el Ferrari y un control absoluto. Una clase magistral con todas los de la ley. El segundo puesto de
Charles Leclerc completó la fiesta de los de Maranello mientras en Red Bull vivieron una pesadilla con la
retirada de Max Verstappen tras que le estallaran los frenos.
Lando Norris completó el podio.
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