Las grandes multinacionales han comenzado a apretarse el cinturón de los gastos para mantener sus balances saneados y la vía para conseguirlo está siendo realizar recortes de personal. Unos movimientos que se dan, sobre todo, en el gran consumo y la logística, pero que también alcanzan al sector financiero y a las grandes tecnológicas. Y en España, Telefónica ha anunciado más de 3.400 bajas.
Los últimos recortes de empleo comunicados pueden llegar a afectar a más de 50.000 personas, según los anuncios que han ido publicando diferentes compañías a lo largo de las últimas semanas. Estas decisiones de recortar sus plantillas se producen al mismo tiempo que los fabricantes ligados al comercio y a la alimentación asumen que ya no tienen mucho más margen para subir precios, lo que les ha permitido en los últimos dos años sostener sus márgenes. Mientras, los bancos centrales no dan tregua con los tipos de interés y el consumo, como derivada, no acaba de despegar.
La última compañía que ha anunciado un tijeretazo a su plantilla es Unilever. La multinacional es un conglomerado que fabrica desde productos de limpieza como Cif, a desodorantes como Axe, pasando por las sopas Knorr. Esta semana ha anunciado dos movimientos corporativos. Por un lado va separar su negocio de helados, donde están enseñas como Frigo o Ben & Jerry's. Por otro, ha lanzado un programa que define de productividad, que puede suponer un recorte de 7.500 puestos de trabajo, la mayor parte, en sus oficinas, aunque no ha detallado por localizaciones y países. En España, la multinacional da empleo a 650 personas.
La compañía británica justifica que busca mejorar su productividad, crecer más rápido y ser más eficiente, aumentando su inversión en tecnología. Y adelanta que prevé ahorrar 800 millones de euros en los próximos tres años con este recorte de su masa laboral.
Al mismo tiempo, Unilever quiere segregar su actividad de helados, porque cree que así, si es un negocio diferente, puede crecer más deprisa. Lo que no ha aclarado es cómo lo hará -por ejemplo, si creará una nueva compañía donde dará entrada a otros accionistas o si la sacará a bolsa- porque empezará ahora este movimiento corporativo que no acabará hasta finales de 2025.
Unilever no ha dado excesivos detalles de por qué realiza ahora esta reestructuración. En cambio, otras compañías sí han vinculado los recortes de personal, directamente, con un frenazo en el consumo. "Observamos indicios de un comportamiento más cauto de los consumidores en todo el mundo. En un entorno macroeconómico desigual”, explicó el director financiero de Nike, Matthew Friend, al anunciar una reducción de plantilla. Tampoco hay desglose por países, pero el fabricante de prendas deportivas sí detalló que quiere reducir sus gastos en 2.000 millones de dólares (el equivalente a 1.840 millones de euros) y que afectará, aproximadamente, al 2% de sus empleados. Es decir, a alrededor de 1.500 personas. En España, Nike tiene una treintena de tiendas, la mayoría en Madrid (10 locales) y Barcelona (7) y situadas en centros comerciales.
Otro segmento ligado al gran consumo, el de la cosmética, también está siguiendo un camino similar. El grupo estadounidense Estée Lauder va a reducir su plantilla global en entre un 3% y un 5%, lo que puede afectar a cerca de 3.000 personas. El anuncio llega después de que sus ventas, en el segundo trimestre de su ejercicio, se recortase un 7%, sobre todo por una ralentización de su negocio en Asia y Oriente Medio.
"Estamos en un punto de inflexión", reconoció el presidente y consejero delegado de Estée Lauder, Fabrizio Freda. Asumió que se trata de una decisión "difícil" pero que consideran necesaria para posicionar "mejor a la empresa para restaurar una rentabilidad más sólida y sostenible". La compañía estadounidense, que es dueña de marcas como Clinique o La Mer, calcula que el recorte le va a suponer unos costes de entre 500 y 700 millones de dólares. En cambio, al mismo tiempo, también prevé ahorrar, cada año, entre 350 y 500 millones de dólares.
En un sector muy diferente, el de los componentes para la industria, el grupo alemán Bosch, ha desglosado en las últimas semanas que prevé una reducción de la masa laboral que puede afectar a 7.000 personas, la mitad de ellas en la división que suministra a la industria de la automoción, lo que ya ha provocado movilizaciones en Alemania. La empresa sí habría planteado a los trabajadores prejubilaciones y programas de recolocación.
Uno de los anuncios que afecta a más personas es el realizado por el gigante de la logística UPS, que prevé una reducción de personal de 12.000 empleados, lo que le permitirá un ahorro de 1.000 millones de dólares. En este caso llegaría porque las expectativas de negocio no son tan halagüeñas como se pensaba. El grupo estadounidense prevé ingresar este año entre 92.000 y 94.500 millones de dólares, cuando los analistas esperaban que llegase a 95.600 millones. Hay que recordar que la pandemia disparó la actividad logística y, desde entonces, los operadores han tenido que lidiar con las interrupciones en las cadenas de suministro.
El sector financiero no se escapa a esta realidad de aligerar las plantillas. Citigroup, según recoge la BBC, planea una reestructuración que puede llegar a afectar a 20.000 personas en los próximos dos años y con la que prevé ahorrar hasta 2.500 millones de dólares. La entidad cerró el último trimestre de 2023 con su peor resultado en 15 años, con unas pérdidas por valor de 1.800 millones de la moneda estadounidense.
Incluso el gigante de la inversión Blackrock tiene intención de reducir su estructura, aunque en una dimensión más reducida porque prevé hasta 600 bajas. Es cerca del 3% de toda su plantilla, según la información que publicó la agencia Reuters, en la que no se desglosaba ni divisiones ni posibles países afectados.