La patocracia occidental (invento soviético, al fin y al cabo), que ante el fracaso relativo de la pandemia ha decidido poner al mundo al borde de la guerra nuclear (¡su solución final!), desata una campaña de propaganda antitrumpiana que haría llorar de risa a Willi Münzenberg. « Trump amenaza con un 'bloodbath' si pierde la elección«, canta, como coro de ranas, el orfeón mediático de los patócratas, manipulando la metáfora de un desastre económico en el sector automovilístico. Y Trump, que siempre fue un gran detector de tontos, se convierte así en un gran detector de hijos de la gran Pé, nuestra elite. De pronto el súbdito occidental se las echa de civilizado impostando horror a la sangre, un horror...
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