Una nueva tragedia de violencia de género ha conmocionado a la opinión pública. Un hombre se suicidó el domingo en la localidad almeriense de Abla, al parecer después de haber envenenado a sus dos hijas, de cuatro y dos años, en lo que se investiga como un crimen vicario. La madre de las niñas estaba separada e incluida en el sistema de protección del Ministerio del Interior llamado VioGén, con una orden de alejamiento de la que fue su pareja. Es físicamente imposible proteger de forma permanente y con una garantía absoluta a todas las víctimas de malos tratos. Pero después de que VioGén entrase en vigor en 2007, conviene revisar y actualizar algunos de sus protocolos que siguen sin brindar una protección satisfactoria. En este dramático caso, concurrieron circunstancias fatales que desprotegieron a las niñas, pero es imperativo que nuestras autoridades avancen desarrollando nuevas fases del sistema de protección VioGén con vistas a erradicar de forma definitiva esta insoportable lacra social
