La tercera indicación responde a un cuadro llamado reabsorción condilar, es decir, pacientes a los que se les reabsorbe el cóndilo por causas hormonales, reumáticas o traumáticas de forma progresiva, "algunos por un traumatismo en la infancia", apunta el experto, por lo que abren poco la boca, tienen dolor y una maloclusión progresiva consistente en la disminución del tamaño de la mandíbula.