La inflación de la zona euro se moderó al 2,6% en febrero, dos décimas por debajo de la subida del 2,8% de los precios en el primer mes de 2024 y muy lejos del 8,5% registrado en febrero de 2023, según el dato mensual definitivo publicado este lunes por la oficina comunitaria de estadística, Eurostat. Con una tasa del 2,9%, España se situó cerca de la inflación de la eurozona y en el mismo nivel que la inflación media de la Unión Europea, que también fue del 2,9%, dos décimas menos que el dato registrado en enero y siete puntos porcentuales menos que en febrero del año pasado.
La subida de precios en la eurozona se moderó en febrero por el abaratamiento de los principales componentes de la cesa de la compra: los precios de la energía cayeron un 3,7% desde la bajada del 6,1% en enero, mientras que los alimentos frescos se encarecieron un 2,1%, muy por debajo de la subida del 6,9% del primer mes del año. De su lado, el aumento anual del coste de los servicios se mantuvo en el 4%, mientras que la subida del precio de los bienes industriales no energéticos se atenuó al 1,6%, cuatro décimas menos que en enero.
Así, en febrero la mayor contribución a la inflación en la eurozona vino de los servicios (1,73 puntos porcentuales), seguida de alimentos, alcohol y tabaco (0,79 puntos), los bienes energéticos no industriales (0,44 puntos), mientras que la bajada de los precios de la energía restó 0,36 puntos porcentuales.
Por su parte, el IPC subyacente de la eurozona -que excluye los precios de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco por su volatilidad y marca la evolución de los precios a largo plazo y sirve de referencia para el BCE a la hora de fijar sus política monetaria- se situó a su vez en el 3,1%, dos décimas menos desde el 3,3% de enero, su menor nivel desde marzo de 2022 (3%).
Con esta moderación de los precios, la inflación se sitúa más cerca del objetivo del 2% marcado por el Banco Central Europeo (BCE). Pese a la mejora de las perspectivas, el BCE no espera que la inflación de la eurozona se acerque a su objetivo del 2% hasta 2025, pero sigue manteniendo los tipos de interés en el 4,5%, con la expectativa de iniciar los rectores en verano. Según sus últimas proyecciones, la tasa general de la inflación cerrará 2024 en el 2,3% y se situará en el 1,9% en 2026. De excluirse el impacto de la energía y los alimentos, la variable subyacente se quedará en el 2,6% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 2% en 2026.
Entre los Veintisiete, las tasas anuales más bajas se registraron en Letonia y Dinamarca (ambos 0,6%) e Italia (0,8%), mientras que los niveles más elevados de inflación correspondieron a Rumanía (7,1%), Croacia (4,8%) y Estonia (4,4%). Con una inflación más baja que España también se situaron Lituania y Finlandia (1,1% ambos países), Chipre (2,1%), República Checa (2,2%), Irlanda y Portugal (2,3% ambos), Suecia (2,6%), Alemania y Países Bajos (2,7%).
En el caso de España, la tasa de inflación se situó en febrero en el 2,9%, frente al 3,5% de enero, reduciendo a tres décimas el diferencial de precios desfavorable para el país respecto de la media de la eurozona. En el resto de las principales economías de la zona euro, además de Alemania, España e Italia, la tasa de inflación en febrero se situó el 3,2% en Francia, por debajo de las subidas de precios del 3,1% y del 3,4%, respectivamente.
