En pocas semanas comenzará la cosecha de soja y maíz y las perspectivas para el campo son muy buenas. Las lluvias de los últimos días generaron mejores condiciones, a tal punto que la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que la oleaginosa tocaría las 50 millones de toneladas, es decir 500.000 más que hace un mes, mientras que el maíz se mantiene en 57 millones de toneladas.
El problema que se presenta, sin embargo, es que más allá de estos buenos números, los productores no prometen un aluvión de exportaciones. El foco de la discusión pasa por el mismo lado que durante el Gobierno anterior: el valor del dólar que reciben, que el campo pretende directamente que sea equivalente al oficial.
Lo que está fuera de toda posibilidad -al menos según afirman hoy en el Gobierno- es la vuelta de un dólar especial para el agro, un mecanismo que tuvo varias ediciones en la gestión de Sergio Massa en Economía, pero que no pareciera cuadrar con la búsqueda de déficit cero del presidente Javier Milei. Es que cualquier cotización especial no deja de estar subsidiada, e implica emisión.
Los productores ya le hicieron saber al Gobierno su idea central: por sus ventas quieren recibir el equivalente al dólar oficial. "No queremos más vueltas. Es imposible estar peleando desde hace meses con lo mismo, y a la espera de alguna solución mágica", sostuvo a El Cronista una fuente del sector.
El Gobierno no cierra esa puerta, pero tampoco tienen previsto abrirla en el corto plazo. "Se están estudiando distintas opciones", dijo la semana pasada Fernando Vilella, secretario de Agricultura, a El Cronista.
Esas opciones, sin embargo, no llegarán "hasta que se normalicen algunas cuestiones de la macro", según afirmó el funcionario.
En ese momento aspiran en el Gobierno, se estará en condiciones de unificar los tipos de cambio, y esta discusión llegará a su fin. Pero si ese lapso se hace demasiado extenso, se corre el riesgo de que los productores prefieran retener los granos a la espera de esas mejores condiciones de rentabilidad, en lugar de exportarlos.
El problema estará en el mientras tanto, es decir entre el período más fuerte del arranque del ciclo exportador y la llegada de alguna medida, en caso de que llegue.
En este sentido, los productores ven que en los primeros meses se podría dar un buen volumen de exportaciones, aunque "de forma obligada" ya que esto se daría para cubrir deudas.
Según las estimaciones del sector, el rojo solo para cubrir el gasto en insumos asciende hoy a los u$s 3000 millones, a lo que se le debe sumar el rojo con privados.
"Mucho irá a silobolsas y otro tanto se utilizará para pagar deudas. Sobre todo los productores más chicos están apretados", indicaron las fuentes consultadas al explicar cómo se repartirán las exportaciones en una primera etapa.
Los productores afirman que hoy no encuentran mayores incentivos para exportar, más allá del "sistema 80/20" que rige hoy, y que entrega un 80% de dólares al oficial y un 20% al CCL.
Ante esta situación, el agro habla de un "flujo de exportaciones condicionado".
Toda esta situación se da en medio de un contexto muy favorable de cosecha, aunque no tan positivo en cuento a los precios internacionales. Solo para la soja, la BCR estima una producción de 50 millones de toneladas, aunque loa valores en el mercado caen.
El precio de la soja estuvo cayendo en las últimas semanas, la confirmación de una buena cosecha es un dato relevante para la marcha del plan económico que depende de los ingresos por exportación del poroto para consolidar la acumulación de reservas entre abril y junio.