Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, en su escrito Semillas de solidaridad, escribe: “Dios nos llama a no perder la esperanza, nos insiste que es posible un mundo nuevo. La fe nos da fuerzas que nos interpela, transforma nuestra vida y nos ayuda a ver que todos los seres humanos de la tierra formamos una sola familia con un mismo Padre".