Decía Anatole France, premio Nobel de Literatura, que la independencia del pensamiento es la más orgullosa aristocracia. Ateniéndonos a esta frase, es evidente que la Europa de hoy carece de ambas cualidades, quizás por un efecto de anulación recíproca. En el prólogo de “La Isla de los pingüinos” amplía irónicamente su reflexión: “¿Por qué se preocupa de buscar documentos para componer su historia y no copia la más conocida, como es costumbre?”.