¿Transición energética o protección a la biodiversidad? ¿Avanzar en el despliegue de tecnologías verdes o frenar su expansión? Estas son algunas de las preguntas que han comenzado a plantearse muchos pueblos y también enfrenta a ecologistas. Las plantas fotovoltaicas ganan hectáreas en los terrenos de la península ibérica y los aerogeneradores se alzan de forma imponente sobre los montes. Dos caras de una misma moneda en la que, por un lado, España batió su récord de generación de energías renovables y, por otro, casi 10.000 aves han fallecido por impactos con las palas de los generadores eólicos. Aunque también es cierto que la convivencia entre renovables y flora y fauna no está reñida. Estas instalaciones, tanto solares como eólicas, se sitúan en la naturaleza y el reino animal suele ser el más afectado. No obstante, antes de comenzar el despliegue de estas tecnologías, cada proyecto ha de recibir el visto bueno de las autoridades competentes con una declaración de impacto ambiental favorable. Un estudio realizado por SEO-Birdlife cifra en 57.026 el número de aves fallecidas como consecuencia de colisiones, ya fuera con aerogeneradores (6.058) o con líneas eléctricas (50.968), a las que se suman otras 14.007 muertas por electrocución, entre 2008 y 2018. Otras investigaciones, como la de la Estación Biológica de Doñana (EBD) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han detectado que en España mueren entre dos y cuatro millones de animales, como aves y murciélagos, por impacto con molinos de viento. «Somos conscientes de que hay un claro impacto ambiental», señala Daniel García Manteiga, jefe de producto y desarrollo de negocio para Telco y Media de Minsait. Para minimizar ese riesgo, la filial de Indra ha desarrollado un sistema que combina la inteligencia artificial con algoritmos de reconocimiento de las aves para su aplicación en los parques eólicos. «Realmente hemos combinado varias tecnologías que ya teníamos y nos permiten tomar decisiones para minimizar el impacto ambiental de estos parques», explica. No obstante, este proyecto, desarrollado con fondos Next Generation y con la participación del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación), se asienta sobre dos tecnologías clave: la inteligencia artificial y el análisis de vídeo en tiempo real. Con un radar 3D captan cualquier tipo en un entorno de 5 kilómetros y un sistema de cámaras vigilan al momento el paso de estos animales. «Con estas herramientas llevamos trabajando varios años», detalla García Manteiga. «Hace un año incorporamos la inteligencia artificial», añade. Con esta última incorporación, la solución evita la intervención humana y convierte este sistema de seguridad en una entidad autónoma capaz de prevenir los impactos de aves en las palas de los aerogeneradores . «Los algoritmos calculan la probabilidad de impacto y, si es positivo, se hace un comando de parada automática de los aerogeneradores que correspondan», comenta el jefe de producto y desarrollo de negocio para Telco y Media de Minsait. Vigilancia individualizada A pesar de que la solución es de parque, «Estamos en varios puntos de la península ibérica, pero por respeto a los clientes no puedo decir en qué lugares», aclara García Manteiga, el sistema de protección de Minsait trabaja por cada aerogenerador. Aunque haya 20 molinos. Y lo hace por cada molino. Según el tamaño de la instalación se ubican uno o dos radares 3D, aunque normalmente, aseguran sus responsables, basta con uno. Cuando esta tecnología detecta una presencia, las cámaras automáticamente enfocan hacia el lugar de la intrusión. Es en este punto donde la inteligencia artificial comienza a hacer su trabajo para detectar qué tipo de especie es la que se acerca. «Todo esto se hace en tiempo real», avisa el portavoz de la compañía española. «Esto también ha sido un reto, porque en muchas ocasiones estos parques eólicos están en zonas remotas donde no hay buena conexión», advierte. Para ello, junto con Red Hat, una compañía estadounidense que provee software de código abierto principalmente a empresas, y conectividad 5G han conseguido solventar este obstáculo. Noticia relacionada estandar No La tecnología que vigila el medioambiente: un nuevo enfoque en la protección de la naturaleza en España José A. González La alianza Tech4Nature utiliza la inteligencia artificial para conservar más de 300 áreas protegidas en todo el planeta «Calculamos la probabilidad de impacto tratando de predecir cuál es la trayectoria del ave», responde. «Si hay peligro en primer lugar se emiten una serie de señales acústicas para desviar de la trayectoria a estos animales y si no se logra se envían unos comandos a los aerogeneradores para que reduzcan su velocidad o, incluso, se pare», apostilla García Manteiga. Además, el sistema de protección está entrenado para detectar las llamadas «especies especialmente vulnerables» como pueden ser el alimoche o el cernícalo primilla en algunas zonas de España. En estos casos no se espera a hacer la probabilidad de impacto, los aerogeneradores, una vez identificada el ave, entran en parada técnica para evitar colisiones y crear así un corredor seguro. «Estos accidentes tienen un impacto ambiental y también uno económico para las compañías», alerta. Unas sanciones que se recogen en la Ley 42/2007 de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, que contempla penalizaciones económicas por mortalidad de especies amenazadas si la empresa no actúa. Además, la Ley de Evaluación Ambiental (Ley 21/2013) , también establece que si una vez puesta en conocimiento la empresa no pone en marcha las medidas correctoras, puede incurrir en una infracción que en función de la gravedad lleva asociadas sanciones que pueden ser penales en los extremos más graves.