Como todos los años, en torno al 28 de febrero, el Centro de Estudios Andaluces hizo públicos los datos sobre el grado de identificación de los andaluces (casi todos continúan sintiéndose muy o bastante «orgullosos» de serlo) con los símbolos de la región. Ha hecho saltar la alarma, una vez más, el que cerca de dos tercios se «enfadan» cuando se critica su acento, lo que ocurre un día sí y otro también. Lo raro es que cuando se pregunta a los 1200 «residentes en la Comunidad Autónoma» que constituyen la muestra si les irrita que critiquen su modo de hablar no hayan respondido todos afirmativamente. Para una cabal comprensión de los resultados de esta clase de encuestas, haría falta...
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