Le presta el nombre al barrio y es su eje vertebral. La parroquia de San José Obrero , además de ser el vínculo de todos sus vecinos, fue el órgano fundacional del que derivaron tantas arterias que dan hoy sentido a su esencia vital. Un esqueleto que fue creciendo hasta el punto de que ya pocos pueden asegurar dónde terminan sus límites fronterizos y dónde comienzan los colindantes. Ante las dudas de tantos vecinos, unos apuntan a que acaban aquí, otros que allí, recurrimos a la relación de calles que integran su feligresía, debidamente advertidas en el despacho del párroco fray Abilio León : San José Obrero es todo lo que está dentro de la avenida de María Auxiliadora, Carretera...
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