Han pasado tres décadas desde que el centro de Madrid comenzó a llenarse de edificios okupas. Entre 1997 y 2004, proliferaron los llamados Laboratorios (1, 2 y 3, según los iban desalojando) por la zona de Lavapiés. La fiebre de estos denominados 'centros sociales autogestionados' (CSOA) continuó, con picos de sierra, hasta la llegada de Manuela Carmena al Ayuntamiento. En ese mandato (2015-2019), el equipo de gobierno de Ahora Madrid mostró expresamente su simpatía por estos antisistema; no en vano, alrededor de media docena de sus concejales habían participado en estos grupos hasta su llegada a Cibeles. Desde hace un lustro, con la izquierda radical en las instituciones del país, el movimiento okupa ha languidecido, pero se mantiene en algunas zonas de la ciudad; sin embargo, ha habido un éxodo del centro a los barrios de estos edificios usurpados. Pero hace ahora una semana echó a andar uno nuevo, al que han bautizado La Rosa. Fuentes policiales señalan al colectivo ecologista radical Extinction Rebellion (XR, en su versión más popular) como los autores del allanamiento del edificio de la calle de Bastero, 1, en pleno barrio de La Latina. Ubicado entre la calle de Toledo y la de la Ribera de Curtidores, este edificio de dos alturas más planta baja cuenta con 1.000 metros cuadrados y es de un particular. La cifra de personas dentro es muy fluctuante, aunque hay momentos en los que apenas se cuentan siete individuos. Los investigadores señalan a XR como los promotores e indican que es la primera vez que una organización netamente 'verde' perpetra una okupación en Madrid. No en vano, la agenda antiglobalización ha pasado a situar este tipo de reivindicaciones en su centro, junto a otras antes más periféricas como el feminismo y la guerra de Gaza. Noticia Relacionada estandar No Activistas climáticos de Futuro Vegetal lanzan pintura a la fachada del Guggenheim Bilbao Lo han hecho en protesta por el nuevo museo en Urdaibai Lo cierto es que la Fiscalía General del Estado incluye en su informe del pasado mes de septiembre a los grupos Extinction Rebellion y Futuro Vegetal dentro del capítulo de «terrorismo» y en el subapartado de «ecologismo radical» . El Ministerio Público advierte de que es «previsible» que las acciones continúen y que incluso se incrementen «al incorporarse cada día más jóvenes a estos grupos que defienden modelos de sociedad sostenible». Escisión de Futuro Vegetal Extinction Rebellion, que tiene ramificaciones por distintos países del mundo, sufrió una escisión, de la que salió Futuro Vegetal, el grupo más en boga en la actualidad y que reivindica «la desobediencia civil y acción directa no violenta» para «luchar contra la crisis climática». Esta organización es la autora de 'acciones' tan conocidas como los ataques a los cuadros de las Majas de Goya en el Museo del Prado (dos activistas se pegaron a los marcos), el corte de la M-30 o el intento de amarrarse a la tribuna del Congreso de los Diputados. Las fuentes consultadas, sin embargo, señalan que precisamente la ruptura entre XR, los nuevos 'vecinos' de La Latina, y Futuro Vegetal se produjo porque los primeros no veían bien este tipo de delitos tan «llamativos» y que son realizados «por gente más joven». Con todo, llama la atención de que Extinction Rebellion se haya sumado a la ola de okupaciones y, a criterio de los investigadores, hay un detalle que muestra que son nuevos en estas lides: «Si fueran más expertos, habrían entrado en un edificio de titularidad pública, porque en ellos el proceso de desalojo es más complicado. En uno privado como este, será más fácil echarlos». En un comunicado emitido tras la okupación en la calle de Bastero, los de La Rosa dicen que viene a luchar «contra la gentrificación de la ciudad» y recuerdan que el inmueble tiene «162 años y ha estado abandonado durante 15»: «De una vez por todas pertenece a los vecinos de Madrid». Ya estuvo okupado unos meses durante 1990. Un informe policial señala que «el movimiento de ocupación ilegal de viviendas y edificios es un fenómeno característico de la sociedad industrial en que vivimos, teniendo su origen en la izquierda revolucionaria radical»: «Sus seguidores son jóvenes que están en contra del sistema y buscan 'nuevas formas de convivencia' para vivir de forma autónoma y resistirse a depender del sistema». La Bankarrota, en Moratalaz, okupado en 2015, está previsto que sea desalojado el miércoles De San BERNARDO En lo que respecta a Madrid, en la actualidad se mantienen abiertos doce centros de estas características de mediana relevancia: el Eko de Carabanchel, desde noviembre de 2011; La Caba, en los bajos de un edificio de viviendas habitadas de Latina; La Villana de Vallecas, desde octubre de 2013; Tres Peces Tres, en Lavapiés (mayo de 2014); La Bankarrota (Moratalaz, tomado desde febrero de 2015); Diskordia o lo que era la antigua Gatonera (que pasó por distintas ubicaciones hasta octubre de 2014, junio de 2019 y, en la actualidad, desde octubre de 2019, en Carabanchel); la Animosa (okupado en noviembre de 2021 en el distrito de Hortaleza); La Atalaya (un antiguo instituto de Puente de Vallecas, desde noviembre de 2014); Carnaval y Barbarie (una biblioteca okupada anarquista, en el mismo distrito, desde abril de 2021); la Enredadera (en Tetuán y uno de los más emblemáticos y que durante 13 años estuvo ubicado en la calle Anastasio Herrero, 10; tras su desalojo se trasladó al antiguo edificio de Nebraska, una nave industrial usurpada en diciembre de 2022, en el mismo distrito); Amparitxu, en las antiguas oficinas del Santander en Padre Claret (Chamartín), tomado en abril de 2022; y el que ahora está de actualidad a partir del 10 de marzo pasado. La Ferroviaria El pasado miércoles, la Policía Municipal desalojó la Ferroviaria, en la plaza de Luca de Tena. Se trataba de uno de los enclaves más transitados por los miembros del Movimiento Antirrepresivo de Madrid, nacido en mayo de 2018, a raíz del proceso judicial abierto contra el rapero mallorquín Valtònyc. Se creó en un intento de agrupar a todo el espectro de la ultraizquierda de la capital, aunque ahora cuenta con apenas 150 miembros. Eso sí, fueron los muñidores de las violentísimas protestas contra el encarcelamiento de Pablo Hasel , en febrero de 2021 y que acabaron con multitud de heridos y detenidos en el entorno de la Puerta del Sol, en plena pandemia del coronavirus. En su ADN 'ideológico', caben desde la defensa a terroristas condenados de ETA a su más reciente reivindicación: ser incluidos todos los presos que ellos consideran 'políticos' (es decir, aquellos que califican de activistas, pese a su violencia) dentro de la ley de amnistía. Para el 20 de marzo, el próximo miércoles, está previsto el desalojo de la Bankarrota.