Los Teros Sevens protagonizaron una final impecable, dejando claro que en el rugby seven, lo crucial no es el inicio, sino el desenlace. En un torneo con 12 equipos, donde la clasificación a cuartos de final es accesible, la verdadera prueba comienza en esa instancia. A pesar de su clasificación en la última posición a la segunda fase, el equipo uruguayo demostró una madurez excepcional, recordando su hazaña en el Challenger 2022.
Este torneo supuso una prueba de madurez para un equipo que, si bien mantiene las bases de la temporada pasada, ha experimentado una renovación significativa. Nombres como Juan González, Tafernaberry e Ignacio Alvarez se consolidaron durante el torneo, mientras enfrentaban desafíos como la ausencia de Felipe Arcos Pérez y la pérdida de Baltazar Amaya en cuartos de final.
A pesar de estas adversidades, los Teros Sevens recuperaron su esencia, destacando su brillante desempeño en el Circuito 2022/2023, donde fueron relegados injustamente y lograron la histórica clasificación a los Juegos Olímpicos. Jugadores como el capitán Ardao, clave en defensa y liderazgo ofensivo, Jimmy McCubbin, vital en el juego aéreo, y Bauti Basso, líder tras la lesión de Amaya, demostraron su valía.
Uruguay no dio tregua a Hong Kong, imponiéndose rápidamente con un marcador de 19-0 antes de que los asiáticos pudieran reaccionar. El equipo mostró una transformación significativa desde la fase de grupos, combinando confianza, control del juego, agresividad en el contacto y una distribución rápida, sin perder la cordura.
Con los 20 puntos obtenidos en Montevideo, Uruguay lidera la tabla general junto a Kenia, aunque con una mejor diferencia de puntos. Este triunfo les asegura prácticamente la clasificación a la final de Madrid, donde los cuatro mejores del Challenger se enfrentarán a los cuatro últimos del Circuito A. Este logro permite a los dirigidos por Ivo Dugonjic dosificar esfuerzos de cara a futuras competiciones, con el objetivo de llegar en óptimas condiciones a la gran final en Madrid.