Al filósofo de la Antigüedad Diógenes de Sinope le vieron un día paseando por la plaza del mercado, con un candil en la mano. Se acercaba a cada ciudadano, alumbrándole el rostro y acto seguido se alejaba, sacudiendo la cabeza. Alguien le preguntó finalmente lo que estaba haciendo. «Busco un hombre» —respondió. Entonces, como hoy, era difícil encontrar a «un hombre que se viste por los pies», como solía decir mi suegro. Los jugadores del Betis y el Villarreal ofrecieron un partido intenso, con continuas ocasiones y sus correspondientes respuestas defensivas. Da gusto ir al fútbol cuando los profesionales se ganan el sueldo y dan la cara. No es solo cuestión de hombría —término preñado de machismo hoy en día—,...
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