Los 27 diputados del PSOE son vecinos de escaño en la Asamblea de los 27 de Más Madrid, y desde ese lugar privilegiado escuchan y ven todo lo que se cuece en la bancada del que ahora es el principal grupo de la oposición en la Comunidad de Madrid, al superar en número de votos a los socialistas en las urnas. «Sinvergüenzas, asesinos, ratas». Son algunos de los insultos que los diputados del PSOE escuchan a sus colegas de la izquierda cuando se dirigen a la bancada del Partido Popular. También son testigos de los golpes que dan en las mesas para protestar o del «mal rollo» evidente que existe dentro de Más Madrid , roto en dos tras la marcha de Mónica García al Ministerio de Sanidad. Los diputados del PSOE, que suelen guardar las formas y la educación, a veces miran con perplejidad la deriva de lo que llegó como 'nueva política' a la Asamblea. En el último pleno, fueron testigos de la tensión que se vivió en Más Madrid, cuando el diputado Emilio Delgado, que fue secretario de organización de Podemos en la Comunidad de Madrid, retó a la portavoz actual de su grupo, Manuela Bergerot, al abandonar por su cuenta el hemiciclo por su enfrentamiento con el presidente de la Asamblea , Enrique Ossorio, y arrastró detrás de él a otra decena de diputados. Nunca antes se había visto de manera tan cruda la división de Más Madrid: unos fuera como protesta contra el presidente; otros dentro, junto a la portavoz, que no se movió de su escaño y solo se dio la vuelta para indicar a uno de sus compañeros que se quedara en su asiento. Emilio Delgado es la cabeza visible del sector más radicalizado de Más Madrid en este momento y mantiene aún las formas que caracterizaron a Podemos desde su nacimiento. «Es usted un mal educado», le soltó la consejera de Asuntos Sociales, cuando le replicó tras una intervención repleta de acusaciones y descalificaciones, en la que culpó directamente a Ayuso , a la que llamó «la frutera ausente», de la muerte de miles de mayores en las residencias durante la pandemia. Noticia Relacionada estandar No El PP de Ayuso frena en seco el intento de Más Madrid de abrir una comisión de investigación sobre los contratos Covid Mariano Calleja Los populares piden a Mónica García que mejor inicie una investigación en el Ministerio de Sanidad Fuentes parlamentarias madrileñas comentan que Delgado no logró digerir que Mónica García eligiera a su sucesora en la Asamblea con un dedazo: Manuela Bergerot y su salida airada del hemiciclo del último pleno no son más que un desafío a la autoridad interna de su portavoz, quien más tarde, eso sí, reprochó al presidente de la Asamblea su «incapacidad» para ordenar los plenos y mantener el orden de manera imparcial. «Son ustedes imposibles», les había espetado Ossorio, desesperado ante la 'rebelión' de los diputados de Más Madrid y sus continuas interrupciones, que acabaron con la expulsión de uno de sus diputados. En el PSOE observan las formas de los parlamentarios de Más Madrid con una mezcla de asombro y vergüenza, si bien en las filas socialistas precisan rápidamente que también en la bancada de enfrente, en el Grupo Popular, se producen intervenciones y gestos reprochables. Hecha esa salvedad, fuentes socialistas subrayan que la pérdida de papeles de Más Madrid marca una línea clara que los separa del PSOE: «Así, no. Somos diferentes y se ve continuamente». «La diferencia es evidente: socialdemocracia o populismo». En ese sentido, no es de extrañar que la relación de Lobato con Bergerot sea bastante distante y fría, como lo era con su antecesora, Mónica García. «Más Madrid llega a los plenos pensando en el vídeo que van a subir a Tik Tok. Han convertido la Asamblea en un teatrillo para soltar sus exabruptos y luego colgarlos. No utilizan el argumento ni la razón; es una política que va a las emociones solo, que busca el tuit rápido», comentan fuentes del PSOE madrileño. El estilo de Lobato y del Grupo Socialista contrasta con ello. Sus intervenciones contra Ayuso y su Gobierno son también duras, pero no suelen perder las formas: «Buscamos razonar con argumentos y tener intervenciones propositivas, y no perdemos las formas, por mucho que nos provoque el PP», aseguran. El portavoz socialista trata, por ejemplo, de no atacar a Ayuso con el contrato de las mascarillas de su hermano, algo que Sánchez sí utiliza como comodín continuamente. Y mantiene, como eje de su manera de entender la política, la mano tendida a Ayuso y al PP para buscar acuerdos. «¿Dónde está Juan?» El estilo y talante de Lobato no convencen a todos dentro de su grupo parlamentario, donde convive con un sector crítico , en el que están los diputados próximos a los alcaldes de Fuenlabrada y Getafe, entre otros. «¿Dónde está Juan?», se preguntaban algunos diputados socialistas con mala intención en el último pleno, ante la ausencia del portavoz en buena parte del pleno, por tener que acudir al Senado. Pero Lobato también cuenta con fieles a su alrededor. Uno de ellos es Jesús Celada, portavoz adjunto en la Asamblea. Destaca el «estilo educado, respetuoso, templado y sin insultos» del Grupo Socialista, en contraste con otros: «Ojalá todos los grupos pudieran decir lo mismo de sus diputados». «Hay muchos ejemplos lamentables que nos dan mucha vergüenza ajena y donde nunca nos van a encontrar. Vamos a seguir defendiendo nuestro estilo, que es perfectamente compatible con tender la mano al Gobierno, construir una mayor justicia social, siendo contundentes desde la oposición: vigilando y controlando férreamente al gobierno», defiende Celada. Frente a los que critican dentro de su partido la «ambigüedad» de Lobato –«le puede costar caro», dicen–, Celada asegura que «Juan es un ganador». «Va a ser el mejor presidente de la Comunidad de Madrid, y para ello el partido tiene que permanecer como hasta ahora, fiel al proyecto de Juan y confiar en él, recordando la difícil, por no decir imposible, tarea que consiguió en Soto del Real», cuando gobernó con mayoría absoluta.
