Bruselas. La Unión Europea presentó este martes su nueva estrategia de defensa que contempla compras conjuntas de armamento y equipos, así como un significativo fortalecimiento de la industria europea de armas para disminuir la dependencia de Estados Unidos.
“Es imperativo asumir mayor responsabilidad por nuestra propia seguridad, manteniéndonos plenamente comprometidos con la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN)”, expresó Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea, durante la presentación de la nueva estrategia.
“Necesitamos lograr un equilibrio transatlántico adecuado, independientemente de la dinámica electoral en Estados Unidos”, agregó la funcionaria.
“Proponemos alcanzar, para 2030, la adquisición del 40% de los equipos de manera colaborativa y el 50% dentro de la Unión Europea”, señaló Vestager.
Esta nueva estrategia europea de defensa cuenta con un presupuesto inicial de €1.500 millones (alrededor de $1.600 millones).
Vestager reconoció que “no es una suma considerable”, pero destacó que “puede funcionar como un incentivo”, y subrayó que la financiación real provendrá de los Estados miembros del bloque.
Según Vestager, entre febrero de 2022 y junio de 2023, el 80% de las compras europeas de armas destinadas a Ucrania se realizaron fuera de la UE, siendo aproximadamente el 68% de estas adquisiciones provenientes de Estados Unidos. “Eso no es sostenible”, afirmó.
El comisario europeo de Mercado Interno, Thierry Breton, indicó que este plan de fortalecimiento de la industria europea de armamento requerirá una importante estructura financiera.
“Financiar todo esto significa movilizar recursos financieros del sector financiero hacia el sector de la defensa, lo que también es muy difícil”, señaló.
La guerra en Ucrania impulsó a los países de la UE a definir y renovar una estrategia europea de defensa, apoyada en un nuevo impulso a la industria.
Tras el acuerdo de los países europeos de utilizar sus propias reservas estratégicas para ayudar a Ucrania, se percibió que los depósitos militares estaban al límite y que la industria vinculada a la Defensa no estaba preparada para reaccionar rápidamente.
Una de las metas del nuevo plan es aumentar la capacidad de producción anual europea a dos millones de obuses en 2025, en comparación con el medio millón anterior a la invasión rusa de Ucrania.
La idea es que, para 2030, al menos el 50% de las compras de armas de los países de la UE se realicen con empresas del bloque, elevando ese porcentaje al 60% para 2035.
La nueva estrategia impulsa las compras conjuntas, tomando como ejemplo el modelo implementado durante la pandemia de coronavirus para la adquisición de vacunas.
A largo plazo, la UE también aspira a participar en el lanzamiento de proyectos europeos de defensa en áreas como la cibernética, el espacio y la protección de los fondos marinos.
La estrategia también sugiere utilizar los beneficios generados de los activos rusos congelados en Europa, estimados en €50.000 millones de euros (unos $54.000 millones).