Algo está pasando en la realeza europea, una pequeña convulsión que los está trayendo y llevando un poco de cabeza. En la familia británica hay muchas bajas: la del Rey, por el tratamiento que recibe para curar su cáncer; la de la Princesa de Gales por una extraña y secreta enfermedad; la de la Reina Camila en estos últimos días por estrés (sobre ella recaía el peso de toda la agenda oficial por estar el Príncipe Guillermo ausente en la India o por ahí); en Noruega el Rey Harald con afecciones cardíacas; misteriosamente la Princesa Amalia de Holanda pasa largas temporadas en Madrid y su hermana Alexia anda por el mundo adelante porque ha decidido tomarse un año sabático; en Dinamarca la institución anduvo un poco convulsa ya que el heredero y actual Rey Federico echó una cana al aire, motivo por el cual su matrimonio con la australiana Mary sufrió una sacudida, creemos que a fecha de hoy superada. En la ceremonia de proclamación estuvieron muy correctos, que es como debe ser. Tengamos siempre como referente a la nuestra Reina Sofía, que no se da por jubilada y sigue en activo sin que la edad la detenga con la sonrisa y el buen gesto siempre en la cara. Incansable y cercana, en todas ocasiones es agradable verla con la música, el arte, la cultura en general, la ecología –bien entendida-, el cariño por los animales, la familia, invariablemente con una naturalidad nada forzada, un ejemplo de su veteranía como soberana. Nunca se había visto tanto absentismo entre los royals, si bien entendemos que todo responde a una casualidad indeseada ya que, en su mayoría, los motivos son puramente de salud. La ausencia de noticias sobre la de Gales inquieta no solo a los británicos sino a los seguidores de noticias sobre monarquías y choca frente a lo abiertamente que se explicó la causa de la baja del Rey. Estaremos atentos al desarrollo y a la evolución de estas noticias, siempre con el deseo de un buen desenlace para todas ellas.
