La abogada de la víctima de Dani Alves, Ester García, ha explicado que la joven llegó «muy frágil y medicada» al juicio por el «infierno» que ha tenido que ocurrir desde el día en que interpuso la denuncia. En declaraciones a Catalunya Ràdio, criticó duramente el trato recibido por parte de la prensa y detalló que incluso tuvo que cambiar de domicilio porque alguien se presentó en su casa para conocer su identidad. García ha destacado la fuerza de su clienta porque «no todo el mundo hubiera llegado» a juicio con lo vivido y ha asegurado que su objetivo ha sido mantenerla con la salud «suficiente» hasta entonces. Con todo, reconoce que ha sido «muy difícil» sostenerla y conseguirlo.
García insistió en que para la víctima lo más importante es que la sentencia demuestra que le han creído pero lamentó que no ha habido ningún esfuerzo reparador real ni económico ni moral. Sin embargo, espera que sí sea un «punto de inflexión» para que la chica pueda empezar a recuperarse.
Sin embargo, ha lamentado que no cree que la presión mediática baje y se ha mostrado muy dura con la forma de hacer de parte de los medios de comunicación, y de la sociedad. Para García, la prensa, por lo general, «ha hecho mucho daño» publicando cosas que para ella no eran noticiables y cuestionaban a la víctima, poniendo el foco sobre ella. También aseguró no entender que si le dé voz a un agresor, de quien dijo que puede defenderse pero no situar el foco sobre la chica y ridiculizarla.
Insistió en que el principal miedo de la chica ha sido en todo momento que se conozca su identidad y ha explicado varios episodios vividos en los que se buscaba ese objetivo. Por ejemplo, ha explicado que ha habido periodistas que han intentado contactar con ella, momento en el que la joven «entró en pánico». Y es que este «plus mediático» ha hecho que la salud mental de la chica se viera «mucho más perjudicada» a medida que avanzaba el procedimiento. En otro momento, alguien se presentó al portero de su casa para saber si ella vivía allí, por lo que cambió de domicilio.
Explicó que había personas de su entorno que no sabían que la víctima era ella y que incluso sus abuelos se enteraron por los medios.
García ha relatado también el momento en el que se hizo público en el extranjero un vídeo donde se la identificaba y que algunos medios españoles reprodujeron. «Me han vuelto a violar», dice que le dijo su clienta. Al respecto, recordó que se interpuso una denuncia porque supone también una vulneración de derechos. Ese momento, el de la publicación del vídeo, supuso un empeoramiento de su salud mental, porque sus miedos se «cumplieron». Desde entonces hasta el juicio, a principios de febrero, la abogada reconoce que todo fue «muy complicado».
Más allá de la prensa, la abogada ha explicado que la joven ha vivido otros episodios en los que también se ha puesto en duda su versión o se la ha situado en el foco de la noticia. Por ejemplo, ha explicado que ha tenido que escuchar comentarios del tipo ‘esta sólo busca dinero’ en un bar donde ella estaba por parte de gente que no sabía que era la víctima. También en la sala de espera de una visita psiquiátrica en la que había una televisión y salió una noticia relacionada con el caso y las personas que había en la sala la criticaron.
De hecho, la abogada explicó que le prohibió tener acceso a internet, que dispone de un móvil antiguo sin acceso a las redes, y que no miraba la televisión. Sin embargo, la información le ha ido llegando.
Sin embargo, García ha puesto sobre la mesa el desconocimiento que existe sobre los efectos que informaciones no cuidadosas, intencionadas u opiniones de gente no especialista puede provocar sobre una víctima de una agresión sexual. Además, recordó que ella no es el personaje público pero tuvo «la mala suerte» de que su agresor sí lo es.
La abogada reconoció que en todo este año ha llegado a hacer de psicóloga de su víctima, ofreciéndole todo el apoyo necesario.