Goretti Sanmartín tal vez soñó con que este viernes, en los actos por el 187 nacimiento de Rosalía de Castro, la acompañase Ana Pontón como futura presidenta de la Xunta. O, cuanto menos, que Alfonso Rueda hiciese acto de presencia como mandatario saliente, derrotado en las urnas el 18F. Pero Rueda, como el dinosaurio del relato, seguía allí. En funciones, como marca la ley, pero con 40 escaños que le otorgan su primera mayoría absoluta. A menos de un mes de volver a O Hórreo para iniciar una legislatura en la que nadie, Pontón a la cabeza, podrá seguir echándole en cara que es un presidente accidental y puesto a dedo. Y con un gobierno 100% suyo, el que comenzará a diseñar la próxima semana. Este viernes, en otra mañana compostelana desapacible, mientras se sucedían los oradores, no sería de extrañar que la mente de Sanmartín se fuera hacia las imágenes del pasado domingo; a aquella noche en la que, junto a su jefa de filas, vio cómo el PPdeG resistía el supuesto aluvión de votos al nacionalismo y abrochaba otra victoria incontestable. Qué caras tan diferentes de las del viernes anterior, en el Multiusos do Sar, y qué parecidas a las de la ejecutiva del lunes, que hizo una valoración de emergencia del 18F antes de reunirse hoy, en Teo, el Consello Nacional. Por el camino, las declaraciones de Míriam Louzao, segunda tenienta de alcaldesa y portavoz del gobierno municipal, reclamando a Rueda la «máxima disposición» para abordar asuntos pendientes; y apostillando que «es cierto que» lo visto «hasta ahora no nos permite mucho ser optimistas». «Ya pasó la confrontación electoral, los gallegos ya hablaron. Espero que los que esperaban otro resultado, y no lo obtuvieron (...), entiendan que hay que colaborar», replicó el titular de la Xunta en funciones el jueves. Este viernes, sutil apunte, en el acto por Rosalía, sobre que el «mensaje» era la «presencia» de «diferentes representantes políticos». Sin período de gracia El día 19 por la tarde, la alcaldesa de Santiago acudió a sus redes sociales para dar «inmensas gracias» a quienes votaron al BNG. Ni atisbo de felicitación a Rueda, que seguramente tampoco contaba con ello. Como, y esto lo ha verbalizado varias veces desde el pasado fin de semana, tampoco contaba con los 100 días de cortesía de rigor. El miércoles, tres días después de las elecciones, la portavoz de la regidora ya reclamaba «consensos» a la Xunta. Y advertía, en el caso concreto del parking del Hospital Clínico, uno de esos temas que siguen sobre la mesa entre ambas administraciones, que en lo que al Ayuntamiento se refiere, «no» va a «cambiar» su «posición». «No nos moveremos», aseguró Louzao, porque «no respondió a intereses electorales», adujo, sino a una postura «objetiva». «Seguiremos insistiendo en que es la Xunta quien tiene que hacer la infraestructura, y seguiremos peleando para que se haga cuanto antes», apostilló. Rueda, desde San Caetano, recordó que Sanmartín dispone de una «propuesta» de la Xunta, trasladada en la reunión entre ambos del pasado mes de octubre, y que la nacionalista «quedó en evaluar». El mandatario añadió que a la alcaldesa del Bloque «le consta de sobra» que él aboga «mucho» por la «cooperación». Como ejemplo, en ese cara a cara le transmitió, «sin ninguna duda», que la Xunta va a colaborar para reformar el Palacio de Congresos, aguardando que, como ella misma expuso, también arrimará el hombro el Gobierno. Y está la tasa turística, tan traída y llevada, vino a decir Rueda, pero que también sigue en el aire. En octubre, como pasa con el CHUS, refirió que también «quedó» en hacerle llegar una «propuesta sobre los extremos que acordamos que tenía que contener» el gravamen que aspira a aplicar Raxoi. Febrero enfila su final y «sigo sin tener nada», reprochó Rueda. Que remachó: «Necesito propuestas concretas». Constatado que las urgencias son volubles, la prematura tensión vertida por el BNG hacia el gobierno autonómico en funciones no se quedó ahí. Louzao hizo capítulo aparte para atacar al líder local del PP, Borja Verea, a quien criticó por «repetir de nuevo como diputado» en O Hórreo, cuando considera que «debería» centrarse en «trabajar» por Compostela a nivel municipal. «Por lo menos», añadió la portavoz, que «defiende los intereses» de la ciudad en el Parlamento. «Los hechos no nos permiten tampoco ser optimistas aquí; en los últimos años, voto en contra todas cada una de las iniciativas» relacionadas con Santiago, acusó. «El período electoral pasó para todos. Hago un llamamiento de responsabilidad para que sigamos obteniendo cosas conjuntamente», zanjó Rueda. Los conselleiros, «a disposición» del presidente Los miembros del gobierno gallego, desde el pasado lunes en funciones, se ponen en manos de Alfonso Rueda, por si cuenta con ellos para su futuro ejecutivo. Lo dijo este viernes el titular de Cultura y Educación, Román Rodríguez, en declaraciones recogidas por EP. «La respuesta», comentó a preguntas de la prensa, es «obvia»: «Estamos a disposición de lo que diga el presidente y estamos encantados de hacer lo que hacemos». En todo caso, recordó que le toca decidir al titular de la Xunta. Con el que afirmó que no había hablado todavía al respecto.
