El próximo 2 de junio se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en México. Aunque en los últimos 20 años ha habido alternancia en el poder y enconados debates entre los distintos candidatos, las elecciones de este año abren las puertas a un posible regreso de un fraude masivo y de un sistema autoritario de gobierno con imposiciones en todos los niveles del sistema político nacional si el presidente López Obrador logra desmantelar a la Corte Suprema y cambiar radicalmente al Instituto Nacional Electoral para convertirlo en un apéndice de la Secretaría de Gobernación.
Frente a este escenario es necesario hacer un balance de los logros y desaciertos del gobierno de la 4T en el último año del mandato para entender mejor los alcances de esta administración.
En el discurso triunfalista de las mañaneras, parece que López Obrador ha logrado un milagro tanto económico como social, sacando a México de la situación de pobreza de los regímenes anteriores. Los programas sociales de la 4T reflejan un típico modelo de economía de prebendas populistas y asistencialista y no un esquema de construcción de una sociedad basada en estructuras sólidas que conduzcan al desarrollo nacional.
Si revisamos los datos duros, en particular el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), podemos constatar que desde 1941, cuando la economía creció un 9.7%, hasta 1981, es decir durante 40 años, la economía nacional tuvo solo una caída de 0.3% en 1953 y 8 años hubo crecimiento entre 3 y 4%, y más de 30 años superior al 4% de los cuales 11 años cercano al 10% con un máximo histórico de 11% en 1964.
Entre 1981 y hasta el 2008, año en que se da la llamada crisis de los “sub-primes” norteamericana, 5 veces la economía mexicana tuvo un crecimiento negativo, pero durante los primeros años de la 4T, tanto en el 2019 como en el 2020, las caídas fueron de 0.1 y 8.2, respectivamente, según los propios datos del INEGI.
En el periodo salinista, el país creció en promedio a un ritmo del 4%, pero la mala gestión monetaria y la vinculación del peso al dólar conllevaron al llamado error de diciembre ya en la administración de Ernesto Zedillo con la drástica devaluación del peso mexicano y una caída del PIB de 6.3%, la cuarta más fuerte de la historia nacional después de las de 1932 con 14.8%, 2020 con 8.2% y 1930 con 6.6%.
A pesar de la debacle de 1995, el presidente Zedillo terminó su mandato con un promedio de 3.4% de crecimiento del PIB lo que aunado a los cambios estructurales muy acertados de su gobierno permitieron una estabilidad macroeconómica de los siguientes gobiernos y una ausencia de crisis en la economía nacional.
Con el presidente Vicente Fox golpeado por los atentados del 11 de septiembre de 2001, el promedio sexenal fue de 2.3 por ciento casi similar al gobierno calderonista que fue de 2.2% sacudido por la gran depresión mundial debido a los problemas financieros norteamericanos a raíz de los subprimes.
El sexenio de Peña Nieto, a pesar de no haber tenido ningún año recesivo y con profundas reformas estructurales, logró solamente un 2.17% de crecimiento promedio durante su mandato.
A pesar de los discursos triunfalista de López Obrador su mandato que ya lleva más de 5 años ha “logrado” tener la segunda caída más fuerte de la economía mexicana con un 8.2% en el 2020 sólo antecedida por la de 1932 y un promedio de crecimiento de 0.7%, el más bajo en 90 años, solamente superado en el de De la Madrid.
Siguiendo con los datos del INEGI, en términos de crecimiento del PIB real por habitante, el gobierno de la 4T, muy crítico del neoliberalismo, apenas ha alcanzado un crecimiento del 0.3% frente al 2.06% de Salinas, 1.71% de Zedillo, 1.65% de Fox y 1.06% de Peña Nieto.
Estos datos reflejan que lejos de haber combatido a la pobreza, el gobierno actual acentúo aún más las carencias de la población. Según el periódico El País del 10 de agosto de 2023 la población sin acceso a la salud era de 15.6% en el 2016, para subir al 16.2% en el 2018 y conocer un salto a 28.2% en el 2020 en plena pandemia del COVID-19, pero en vez de mejorar después del fin de la contingencia sanitaria siguió aumentando hasta llegar al 39% para el 2022, es decir que desde el 2018, 30 millones más de personas están sin acceso a la salud, pese a las “promesas” de que en México se contaría con un sistema se salud mejor que el de Dinamarca.
Así, el llamado “gobierno de los pobres” que anuncia que logró que la pobreza extrema del país bajara de 7.2% a 7.1% del 2016 al 2022, no menciona que en términos numéricos los pobres pasaron durante este periodo de 8.7 a 9.1 millones, es decir un crecimiento real de la extrema pobreza, según los datos del CONEVAL, mientras según el propio presidente mexicano, los ricos vieron su riqueza aumentar en un 7.8%. El discurso de la 4T choca con la realidad nacional.
El autor es Doctor en Ciencia Política, especialista en política internacional y asuntos regionales y del Medio Oriente. Profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
