Los casos de acoso confirmado (54 frente a 64) y ciberacoso (35 y 75) se redujeron ligeramente en las aulas de Castilla y León durante el pasado curso 2022-2023 según se concluye en el informe presentado ayer en el noveno pleno de la Sección de Convivencia Escolar del Observatorio de Castilla y León. Según informó la Consejería de Educación en un comunicado, estos datos confirman que las actuaciones en «ciberconvivencia» llevadas a cabo han tenido «un impacto positivo». En este sentido, destaca la labor del profesorado, en especial en la aplicación del programa P.A.R. (Parar el acoso, Apoyar a la víctima y Reeducar al agresor) donde el alumnado adquiere un mayor protagonismo en su cambio comportamental y relacional. También, cuentan con un coordinador de convivencia y con los programas de asistencia jurídica, mediante solicitud al 012, y de atención psicológica, en colaboración con el Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León. Además, el pasado curso se introdujo, como novedad, el Test de detección de dificultades emocionales. Esta iniciativa que permite detectar 16 factores de riesgo referidos a problemas sobre internalización (desesperanza, ansiedad, depresión, autoestima…), externalización (impulsividad, conducta disocial, actitud desafiante), dificultades asociadas a la conducta alimentaria y uso problemático de nuevas tecnologías. Se trata de una prueba anónima que fue «muy bien acogida». En cuanto a las incidencias registradas (actuaciones que nada tienen que ver con acoso, sino con comportamientos inapropiados por parte del alumnado), la Consejería de Educación busca emplear en mayor medida el procedimiento de acuerdo abreviado en vez de incoar un expediente disciplinario. De esta forma, los estudiantes y familias reconocen la falta cometida y aceptan la sanción, que en la mayoría de los casos pasa por las prácticas restaurativas. Noticia Relacionada estandar Si La madre de una víctima de acoso escolar: «Mi hija se ponía enferma todos los días. No quería ir al colegio» Míriam Antolín Considera que uno de los problemas que impide atajar estas situaciones de forma rápida es que «los colegios no están preparados» En este caso sí hubo un aumento de los centros que comunicaron incidencias el pasado curso frente al anterior (743-686) y de los alumnos protagonistas de las mismas (13.954-10.981), así como del total registrado (46.749 frente a 34.571). De ellos, se eleva hasta los 4.124 los reincidentes y hasta los 1.981 los multireincidentes con clara mayoría de varones frente a féminas. Bajan las vinculadas con el destrozo y el robo de materiales, pero crecen las que enfrentan de alguna manera al alumno con el profesor hasta llegar a las 7.145. Dentro de las incidencias más específicas se disparan las vinculadas con aspectos físicos, madurativos o relacionales (1.471 frente a 602) y también crecen significativamente las que tienen que ver con el origen o la cultura del alumnado (llegando a 278) al igual que las relacionadas con el sexto o la identidad sexual de los estudiantes (superan las 200).