Según la OMS, se puede definir salud como “estado completo de bienestar físico, mental y social”. En general, tratamos de hacer todo lo que está en nuestra mano para conseguir que nuestra salud sea lo mejor posible, cuidamos nuestra mente, intentando reducir los niveles de estrés y ansiedad, pero también prestamos atención a nuestra alimentación, tratando que sea variada y equilibrada. El ejercicio físico es esencial para cuidarnos, a pesar de que casi el 30% de la población de España se declare sedentaria en su tiempo libre, según datos del INE.
Todo suma y todo es importante, aunque a veces tengamos nuestras prioridades un tanto equivocadas y nos centremos tanto en trabajar unas cosas que dejemos de darle importancia a otras. Este es uno de los aspectos que trata la obra de Boticaria García, Tu cerebro tiene hambre, donde analiza que, por mucho que intentemos adelgazar siguiendo las normas clásicas de reducir el consumo de calorías y aumentar la cantidad de ejercicio, esto no siempre será sinónimo de éxito, porque esa sencilla fórmula deja fuera de la ecuación otros muchos elementos.
“Siempre nos han vendido que para quitarnos esos kilillos de más solo hay que comer menos y moverse más”, explicaba en sus redes sociales hace tiempo al hablar sobre su libro. “Según esta teoría, el que no adelgaza es porque no quiere. Porque no tiene fuerza de voluntad… y un jamón”.
Una declaración de intenciones que continuaba explicando más adelante: “No eres tú, son tus adipocitos, que viven inflamados, y tu microbiota, que anda revolucionada. Nadie te cuenta que tu cerebro tiene hambre, tus músculos están tristes y, por si fuera poco, en lugar de alcohol, como cantaba Ramoncín, lo que corre por tus venas son litros de cortisol, la hormona del estrés”.
Haciendo referencia al eje intestino cerebro, Marián García introduce un tercer elemento que no siempre se tiene presente al hablar de la salud, los músculos. Estos cumplen una función mayor de la que pensamos, pues si bien son necesarios para sustentarnos e incluso para presumir, también son los encargados de producir exerquinas y mioquinas, las que ella llama ‘superkinas’, y considera la mejor medicina natural que existe. Eso sí, solo las podemos conseguir a través del ejercicio.
Todos tenemos claro que el ejercicio físico es clave para la salud, tanto física como mental, lo que no está tan claro y se continúa investigando son los mecanismos moleculares subyacentes a los beneficios asociados. Estas exerquinas y mioquinas tienen el potencial de combatir enfermedades cardíacas, problemas cognitivos, diabetes tipo 2, obesidad y hasta el cáncer. Nos ayudan a vivir más y mejor, por lo que intentar producirlas parece algo lógico.
Cada vez es más habitual escuchar hablar del eje intestino cerebro, que se considera un sistema de comunicación bidireccional. Está formado por la microbiota, el sistema nervioso entérico, el sistema nervioso autónomo, el sistema neuroendocrino, el sistema neuroinmunológico y el sistema nervioso central.
Una alteración en uno de los elementos, repercutirá en el resto y cuando sistemas digestivo y nervioso trabajan en armonía pueden provocar reacciones mentales y físicas positivas. Boticaria García amplía este eje y le añade los músculos, porque al hacer ejercicio estos produce exerquinas, que también influyen sobre el sistema nervioso, tal y como ella misma explicaba en El Mundo. Pueden favorecer la formación de nuevas neuronas, facilitar la plasticidad sináptica, mejorando el aprendizaje y la memoria, y mejorar el estado de ánimo.
Chow, L. S., Gerszten, R. E., Taylor, J. M., Pedersen, B. K., Van Praag, H., Trappe, S., Febbraio, M. A., Galis, Z. S., Gao, Y., Haus, J. M., Lanza, I. R., Lavie, C. J., Lee, C., Lucía, A., Moro, C., Pandey, A., Robbins, J., Stanford, K. I., Thackray, A. E., . . . Snyder, M. (2022). Exerkines in health, resilience and disease. Nature Reviews Endocrinology, 18(5), 273-289. https://doi.org/10.1038/s41574-022-00641-2