En alguna ocasión, en esta página, hemos escrito que la abnegación de los 17.552 socios del
Barça que no se acogieron a la excedencia y se inscribieron (nos inscribimos) para subir a
Montjuïc, merecían un premio. Más en broma que en serio, escribí qué si el Barça llegaba a la final del 1 de junio en
Wembley, las primeras entradas debían ser para esos sufridores. Lógicamente, llegado el hipotético caso, no será así. Sin embargo, sorprendieron las declaraciones de la vicepresidenta
Elena Fort en
RAC 1, la pasada semana, de las que se entendía que la directiva tiene decidido garantizar la prioridad a los abonados de
Montjuïc en el retorno al
Camp Nou.
Fort afirmó que estas 17.552 personas tendrán asiento asegurado cuando el equipo, a partir del próximo noviembre, vuelva al
Camp Nou, todavía en obras, con una capacidad para unas 60.000 personas. La intención es loable pero la medida es injusta e impugnable. Es decir, irrealizable.
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