Desde hace más de 50 años que Washington lleva sin pisar el satélite terrestre, y con esta misión podría marcar un antes y un después.
Estados Unidos buscará volver a pisar la Luna este jueves a través de una nave de la empresa privada Intuitive Machines, con sede en el estado de Texas. En caso de ser exitoso, marcaría un hito para el sector, porque sería el primero de una sonda estadounidense desde el final del legendario programa Apolo, en 1972.
El módulo de alunizaje Nova-C, que transporta experimentos científicos de la NASA, despegó desde el estado de Florida la semana pasada y se prevé que aterrice sobre el suelo de la luna este jueves a la noche.
Ya el miércoles la nave superó otra etapa importante: entrar en órbita lunar. La sonda se quedó durante un día "en órbita lunar circular a 92 kilómetros" de altitud sobre la superficie de la Luna, según informó la empresa en su cuenta de la red social X.
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India y Japón lograron alunizar recientemente gracias a sus agencias espaciales nacionales, convirtiéndose en el cuarto y quinto país en conseguirlo, tras la Unión Soviética, Estados Unidos y China.
Estados Unidos fijo como objetivo enviar astronautas a la Luna a partir de 2026. Desde hace más de 50 años que Washington lleva sin llegar al satélite terrestre. Y hasta ahora no lo había conseguido ninguna de las empresas privadas que lo habían intentado (israelíes, japonesas o estadounidenses).
La misión Apolo 13 marcó la séptima expedición tripulada en el programa espacial de la NASA y fue la tercera con el objetivo de aterrizar en la Luna.
El cohete fue lanzado desde el Centro Espacial John F. Kennedy el 11 de abril de 1970. Sin embargo, los planes de alunizaje se vieron frustrados debido a una explosión en un tanque de oxígeno en el módulo de servicio, ocurrida después de dos días de iniciada la misión.
La respuesta de la tripulación fue rodear la Luna y emprender un regreso seguro a la Tierra, completando esta maniobra el 17 de abril.
El equipo estaba compuesto por el comandante Jim Lovell, el piloto del módulo de mando Jack Swigert y el piloto del módulo lunar Fred Haise.
La nave de Intuitive Machines aterrizará a unos 300 kilómetros del polo sur de la Luna. Las misiones Apolo habían aterrizado más cerca del ecuador.
El polo sur lunar es de especial interés porque contiene agua en forma de hielo, que podría explotarse. El cráter que sirve de pista de alunizaje se llama Malapert A, en honor a un astrónomo del siglo XVII.
A la nave de la empresa privada le instalaron un sistema de cámaras para captar desde el exterior imágenes del momento del alunizaje.
Entre el material embarcado hay unas cámaras situadas bajo el módulo de aterrizaje lunar que analizarán la cantidad de polvo arrojado durante el descenso, con el fin de compararlo con los alunizajes de Apolo.
Otro instrumento estudiará el plasma lunar (una capa de gas con carga eléctrica) y medirá las ondas de radio procedentes del Sol y de otros planetas.
El módulo de alunizaje, bautizado Odiseo, funcionará con paneles solares. Se espera que funcione a partir de ahora durante siete días. El contrato firmado por la agencia espacial estadounidense para esta primera misión de Intuitive Machines asciende a 118 millones de dólares.
El objetivo es reducir los costos para la agencia pública pero seguir desarrollando la actividad espacial. Este año están previstas al menos otras cuatro misiones estadounidenses, entre ellas otras dos de Intuitive Machines.
Para la NASA, estas misiones prepararán el regreso de astronautas a la Luna en el marco de su otro programa emblemático: Artemisa.
El descenso puede ser seguido en directo desde el sitio web de la NASA www.nasa.gov.
Se está previsto que el robot de fuselaje hexagonal Odiseo se pose sobre el suelo lunar alrededor de las 18.24 (hora del este de Estados Unidos, 20.24 hora argentina), según AFP.
