Pedro Sánchez acaba de regresar de Marruecos sin fecha para reabrir las aduanas de Ceuta y Melilla, que permanecen cerradas desde 2018. Por la parte española “está todo listo” pero Rabat sigue bloqueando los accesos “por cuestiones técnicas”. España ha desbloqueado el traspaso de la gestión del espacio aéreo del Sáhara como contrapartida.
La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, ha manifestado el “compromiso” de su país de abrirlas próximamente. “Habrá más reuniones. Estamos comprometidos a ello”, ha señalado en las últimas horas.
Pedro Sánchez ha reconocido que por la parte marroquí aún quedan cuestiones que resolver, pero en ningún caso obstáculos de carácter político o jurídico.
Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes diplomáticas, Sánchez ha desbloqueado el traspaso a Marruecos de la gestión del espacio aéreo del Sáhara Occidental. Es la condición que ha puesto Mohamed VI para reabrir precisamente las aduanas de Ceuta y Melilla.
Rabat recibió el pasado mes de junio la confirmación de Moncloa de que España iba a frenar este traspaso. Un pacto que había alcanzado el propio Pedro Sánchez con Mohamed VI solo cuatro meses antes, en febrero del año pasado.
El Gobierno decidió frenar, por el adelanto electoral y el final anticipado de la legislatura, el traspaso a Marruecos de la gestión del espacio aéreo del Sáhara que ahora controla España desde Canarias. Un cambio de postura que provocó durante el pasado verano un aumento de la presión de Rabat sobre Ceuta y Melilla.
Desde hace décadas, el espacio aéreo del Sáhara está gestionado desde las Islas Canarias, como establece la Organización de Aviación Civil Internacional, de la ONU. La gestión corre a cargo de ENAIRE, empresa pública adscrita al Ministerio de Transportes. Y lo controla de facto España, por la condición de Estado que ejerce el Protectorado sobre el territorio.
En el marco de las nuevas relaciones de Sánchez con Marruecos, Moncloa reconoció hace unos meses que había iniciado conversaciones con Rabat para el traspaso de la gestión del espacio aéreo en el Sáhara Occidental y la coordinación entre ambas partes con el objetivo de conseguir una mayor seguridad en las conexiones y cooperación técnica.
Además, el Gobierno sabe que España es potencia administradora, no propietaria del espacio aéreo saharaui. Por tanto, a efectos de la legalidad internacional, España no ostenta ninguna atribución para decidir si ceder o no la gestión a Marruecos pese a que Pedro Sánchez se lo ha prometido a Mohamed VI.
El espacio aéreo del Sáhara pertenece a la FIR/UIR (Región de Información de Vuelo Superior) del Centro de Control Aéreo de Canarias desde que O.A.C.I. (Organización de Aviación Civil Internacional), que controla el tráfico aéreo en esta zona, de la misma forma en la que se realiza en el resto de los sectores del espacio aéreo designado a esa Dirección Regional de Canarias de ENAIRE, sin que exista diferencia alguna.
Según la legalidad internacional, la gestión del espacio aéreo del Sáhara ocupado corresponde a España como potencia administradora. Sin embargo, Marruecos usa este espacio ilícitamente, en los últimos años, también con drones.
Controla sin derecho, de facto, la parte del Sáhara ocupada ilícitamente hasta este momento. Como ejemplo, en diciembre de 2021, un Boeing C-17 Globemaster III de la Fuerza Aérea Catarí sobrevoló el espacio aéreo saharaui y aterrizó en el aeropuerto de El Aaiún.
Esta aeronave en concreto (código de vuelo LHOB250), utilizada para el transporte de equipo militar pesado, ya llamó la atención de la prensa italiana en junio de 2022 por sus continuos vuelos de naturaleza “secreta”.
Igualmente, las imágenes de satélite de Google Maps muestran cazas de combate marroquíes estacionados en el aeropuerto de El Aaiún.