LLa agresión ha sido tan brutal, que una mujer yace en el suelo con la cabeza desfigurada. Está viva, pero su respiración es agónica, por lo que parece que no aguantará mucho tiempo si nadie la socorre rápido. Su presunto agresor, Jesús L. M., un español de 50 años al que la víctima subarrendaba desde hace un tiempo una habitación, marca el teléfono de un amigo y le cuenta lo que acaba de pasar. Apenas quedan dos minutos para que el reloj marque las nueve de la mañana del martes 20 de febrero, y la persona que recibe la llamada se dirige raudo hasta el bajo de la calle del Arte Rupestre del Mediterráneo, 4 (en el barrio de la Peseta, distrito de Carabanchel), donde se topa con la pavorosa escena. Es ahí, alrededor de las 9.23 horas, cuando los dos individuos informan al 112, la sala del 091 traslada el aviso y dos patrullas de la Policía Nacional alcanzan el domicilio siete minutos después. Los agentes encuentran a la mujer, María, española de 50 años, tirada en la puerta de su habitación, semiinconsciente y con evidentes golpes en la sien, el cuello y la clavícula. La labor de este primer indicativo para salvar su vida es vital; de inmediato, solicitan asistencia médica y tratan, no sin dificultades debido al grave estado de la afectada, de ponerla en posición lateral de seguridad. Casi al unísono, Jesús confiesa ser el causante de la brutal paliza, por lo que es engrilletado y apartado en otra estancia de la casa. La respiración de María es intermitente, quedándose sin ella en varios momentos, por lo que el Summa-112 no tarda ni 10 minutos en llegar al lugar. Los facultativos logran estabilizarla y la conducen politraumatizada al hospital 12 de Octubre, donde ha sido operada del estómago (al estar encharcado de sangre) y su vida por suerte no corre peligro. Además de las lesiones en la cabeza, la mujer sufre fracturas en la clavícula, una vértebra y una costilla. En paralelo a esa primera atención médica, Jesús permanece en shock, en apariencia tranquilo y sin oponer resistencia durante la detención. Explica a los uniformados que antes del ataque ha mantenido una fuerte discusión con su víctima, en la cual ella le ha amenazado con llamar al 016 a fin de que le quitaran la custodia de su hija menor. Jesús y María no son pareja ni habrían mantenido ningún vínculo afectivo en el pasado, pero, a pesar de ello, él asegura que le ha insultado con expresiones del tipo: «Eres un maltratador». Noticia Relacionada estandar No Dos encapuchados encañonan con una pistola a un joven y le agreden a culatazos para robarle su viejo iPhone Aitor Santos Moya Román terminó con cinco puntos de sutura en la cabeza tras ser abordado mientras paseaba al perro en la Cuña Verde de Latina En medio de la explicación, llega a mantener que María le ha amenazado con un cuchillo de cocina y lo ha guardado de nuevo en el cajón, una versión que no convence a los agentes personados. Reconoce, asimismo, que ha pegado a su casera hasta hacerla caer al suelo y que una vez abajo le ha seguido golpeándola con una mano, al tiempo que con la otra le ha agarrado del cuello asfixiándola con vehemencia. La paliza es tal, que no sabe cuántas veces le ha propinado golpes, estando ya ella incluso semiinconsciente: «La he golpeado hasta que me he cansado». En la casa, además de arrendadora y arrendatario, solo se encuentran los perros de cada uno, un dogo argentino y un bulldog francés. Acusaciones de estafa Pasada la brutal embestida, los vecinos del bloque advierten de que María, afincada en la comunidad desde hace varios años, es una persona problemática y que habría supuestamente estafado elevadas cantidades de dinero a parte de los residentes. Para ello (siempre, según la versión de los consultados), se habría hecho pasar por abogada con el objetivo de tramitar diversas gestiones a cambio de importes abultados que finalmente nunca hacía. En total, denuncian que habría obtenido ilícitamente unos 50.000 euros, motivo por el cual los moradores afectados están ya en trámites judiciales. madrid_dia_0703 'Madrid al día' ¿Quieres recibir de martes a viernes en tu mail la información más destacada de la Comunidad de Madrid? Apúntate aquí NO De hecho, el propio Jesús afirmó a los patrulleros que su casera le debía 3.000 euros, un extremo que se está investigando. Hasta la casa acudideron efectivos de la Sección de Delitos Violentos (DEVI) de la Policía Científica, para realizar una inspección ocular, y del Grupo VI de Homicidios, encargados ahora de resolver el caso. Entre otras pesquisas, deberán averiguar por qué la cerradura del bajo estaba destrozada la mañana que sucedió el ataque. A María le consta una reclamación de un juzgado de Guadalajara por un delito de intrusismo, que será ejecutada una vez los médicos le concedan el alta. Jesús, un conductor de autobuses que estaba de baja por problemas psiquiátricos, fue puesto ayer a disposición judicial.