Cuando el joven y brillante cosmólogo Thomas Hertog (Lovaina, 1975) atravesó la puerta verde oliva del despacho del físico de fama mundial Stephen Hawking en la Universidad de Cambridge a mediados de junio de 1998, su vida cambió de una manera fascinante. Hawking le pidió que trabajara con él para desarrollar «una nueva teoría cuántica del Big Bang». El proyecto doctoral se transformó en una intensa colaboración a lo largo de unos 20 años que sólo terminó con el fallecimiento del británico en 2018. «Éramos como un matrimonio, pero solo en la cosmología», admite el físico belga, que ahora trabaja en la Universidad de Lovaina. A pesar de las evidentes dificultades de Hawking en sus últimos años para comunicarse, escribieron...
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