Paro de trenes, cacerolada educativo, movilización de maestros y médicos, 500 cortes de carretera y un paro nacional de trabajadores estatales es el menú que esta semana enfrenta el presidente argentino, Javier Milei. Esta ola de protestas involucra a miles de argentinos frente a la pérdida del poder adquisitivo, la nula respuesta del Gobierno ante la crisis alimentaria y la falta de presupuestos en educación y sanidad.
«Mientras se disparan los números de pobreza e indigencia, el Ministerio de Capital Humano sigue sin resolver la entrega de alimentos. Es por ello que decenas de organizaciones decidimos realizar protestas conjuntas», asegura Silvia Saravia, referente nacional de la organización Libres del Sur, una de las organizaciones convocantes. Más allá de los sindicatos y dirigentes gremiales, lo que más mueve la movilización es el hambre que azota a miles de familias más vulnerables y personas en situación de indigencia que recibían un plato de comida o un desayuno en alguno de los 44.000 comedores escolares y populares que desde que empezó la era Milei están cerrados. A esto se suma una inflación de 45% y una pobreza del 57%, según el Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPC), cifras que coincide con las que alcanzó la semana pasada la Universidad Católica de Buenos Aires (UCA).
Con una pancarta donde se lee «Las ollas están vacías, las mochilas también», una joven madre de familia acudió este mediodía al Obelisco en pleno corazón de Buenos Aires donde se juntaron diversas organizaciones sociales, de izquierda, independientes y peronistas para reclamar la falta de alimentos y kits escolares. «Lo que nos mueve es el hambre que está produciendo este ajuste del Gobierno de Milei. Somos más de 35 organizaciones que hoy nos ponemos en pie de lucha porque miles de chicos no pueden comer ni ir a la escuela porque no alcanza para comprar cuadernos ni zapatillas. La educación es un derecho, pero ahora con Milei se convierte en un privilegio», dice.
Las protestas piqueteras serán a nivel nacional esta semana a favor de «asistencia para comedores comunitarios» y en rechazo al congelamiento de los montos en los planes Potenciar Trabajo, entre otras demandas, con la consigna «La Emergencia Alimentaria no puede esperar. Basta de ajuste!».
La nueva arremetida social contra el Gobierno argentino comenzó el miércoles con un cese de las actividades de los trenes que movilizan la ciudad por tres hora y que produjo un verdadero caos. El secretario general de la Unión Ferroviaria, Sergio Sasia dijo a Radio La red que la propuesta salarial del Gobierno no les resultaba suficiente.
