«Me he quedado estupefacto». Estas han sido las palabras literales de José Luis Ábalos al ser preguntado por la detención de quien durante años fue su mano derecha, en lo personal y en lo profesional, Koldo García Izaguirre. El hombre fuerte del exministro de Transportes ha sido detenido en una operación desplegada en ocho provincias en la que se investigan delitos de organización criminal, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, cohecho y contra la Hacienda Pública en el contexto de una causa sobre compras y adjudicaciones de material sanitario en la que estarían implicados tanto empresarios como cargos políticos. También ha sido detenida la esposa de Koldo García, Patricia Úriz, quien llegó a tener un puesto en el Partido Socialista de Navarra y que fue contratada como ayudante de secretaría en el Ministerio de Transportes. En sus primeras declaraciones a los medios, José Luis Ábalos ha llegado a afirmar que Koldo García llevaba una vida «muy normalita», algo que contrasta con la trayectoria probada de quien llegó a ser su hombre de confianza después de que los presentara el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán. García Izaguirre cuenta con dos antecedentes penales. En 1995 se le condenó a dos años y cuatro meses por agredir a otra persona cuando ejercía como vigilante de seguridad. En 2011, la mano derecha de Ábalos fue condenado a pagar 900 euros por una pelea en la que resultó herido un menor. Tal y como informó ABC en febrero de 2021, este atípico asesor solía acompañar al ministro con tres carpetas con dinero en metálico en las que se leía 'Ferraz', 'Ministerio' y 'Jose' (sin tilde), unas carpetas de las que salieron los 1.800 euros de gastos extraordinarios del viaje de José Luis Ábalos a Tenerife en el contexto de la crisis migratoria de Canarias. Estas credenciales resultan cuanto menos infrecuentes para un alto asesor y, desde luego, replican un proceder que recuerda, así sea estéticamente, a otros casos próximos en el PSOE como el chófer de la coca del caso de los ERE o al propio Tito Berni. Que la investigación que acaba de iniciarse verse sobre un posible caso de corrupción en la adquisición de material sanitario es algo especialmente significativo pues fue el propio presidente del Gobierno quien se permitió acusar desde la tribuna de oradores del Congreso al hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid sobre ilícitos análogos sin que pesara ninguna investigación judicial en curso. Más allá del doble rasero, habitual en quienes exhiben una sensibilidad moral muy asimétrica, y a la espera de que prosigan las diligencias del caso, caben pocas dudas de que algo ocurre en el PSOE cuando todo un ministro de transportes puede rodearse de personas del perfil de Koldo García sin que a nadie le extrañe. De hecho, los servicios prestados por García Izaguirre fueron oportunamente retribuidos como consejero de Renfe, lo que vuelve a evidenciar la irresponsable discrecionalidad con la que desde el Gobierno se colonizan instituciones públicas con personas cuyos únicos méritos son la lealtad al partido y que no cumplen con los mínimos requisitos técnicos para desempeñar tan altas responsabilidades. En el marco de esta investigación aflorarán informaciones que serán sin duda relevantes y que tendrán un inequívoco interés público y social. Esperamos que en esta ocasión tanto el Partido Socialista como el Gobierno actúen con transparencia y que a ningún periodista se le dejen de responder preguntas pertinentes como sí ocurrió en el caso del Tito Berni.