Pedro Sánchez no contempla ningún volantazo tras el fracaso electoral del PSOE en Galicia. A pesar de los intentos del PP de convertir tanto su mayoría absoluta como el peor resultado de la historia de los socialistas gallegos en algo parecido a una revancha del 23J, los planes de la Moncloa se mantienen intactos. Y pasan por sacar adelante la ley de amnistía con la mayoría parlamentaria que hizo presidente a Sánchez y consolidar, después, una legislatura de cuatro años.
Durante el viaje a Marruecos de este miércoles para ser recibido por Mohamed VI, el presidente ha admitido ante la prensa que, a día de hoy, y a quince de que expire el plazo, no se han producido avances en la negociación con Junts para sacar adelante la ley de amnistía, cuya tramitación continúa bloqueada en el Congreso precisamente por el desacuerdo con los independentistas catalanes. Sin embargo, Sánchez se ha mostrado rotundo al asegurar que esa ley saldrá adelante y que contribuirá a dotar de estabilidad un mandato cuyo horizonte fija en 2027, año de convocatoria electoral ordinaria.
"Tengo todo el tiempo del mundo", ha respondido a las preguntas de la prensa sobre si el resultado de las gallegas alteraba en algo la hoja de ruta de su Ejecutivo, que ha asegurado que durará cuatro años. El presidente ha defendido que, en su opinión, la única lectura nacional que arroja el 18F es que Feijóo ha ganado el plebiscito interno en su partido porque, según ha dicho, en Génova se había utilizado esa cita con las urnas a modo de unas primarias para dilucidar el liderazgo de los populares.
Cuestionado por las lecciones de la abultada derrota en Galicia, el secretario general del PSOE ha incidido en algunos de los argumentos lanzados durante toda la semana desde la calle Ferraz, como la falta de recorrido de la candidatura de Besteiro o el cambio de voto progresista respecto a las generales. Y ha admitido abiertamente que, en cualquier caso, el reto a nivel autonómico de los socialistas es enorme.
"Tenemos que ser mejores", ha dicho antes de calificar como "muy competitivos" los resultados del PSOE en generales y municipales en contraste con las autonómicas. Durante la conversación sin micrófonos con los periodistas durante el vuelo a Rabat, Sánchez ha querido recordar el laberinto judicial afrontado por José Ramón Gómez Besteiro en los últimos seis años, con hasta trece imputaciones que acabaron con causas archivadas pero que, en opinión del presidente, han influido electoralmente.
La lección para el PSOE, ha dicho Sánchez, es consolidar de ahora en adelante el liderazgo territorial de Galicia en torno a Besteiro. Un reto pendiente también en otros muchos territorios como la Comunidad Valenciana o Extremadura, en los que ha señalado que no se han podido afrontar las renovaciones con motivo de la convocatoria electoral del 23J. "No hemos hecho bien las cosas en autonómicas pero los votantes están ahí. La prueba es Vigo, donde arrasó Abel Caballero y ahora ha ganado el PP", ha argumentado.
Insistido en el precio que haya podido pagar el PSOE por la política de alianzas con el independentismo catalán, el líder del Ejecutivo ha descartado ninguna lectura en esa dirección para subrayar que, entre las conclusiones del pasado domingo, en Ferraz tienen claro que la gente optimiza su voto en función de las expectativas y que por eso esta vez ha ido a parar al BNG.
