Francesco Calzona ha asumido el banquillo del Nápoles a pocas horas de que el equipo italiano reciba en su Stadio Diego Armando Maradona al Barça en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League. Pese a tener ya 55 años, por su escasa trayectoria como primer entrenador, únicamente al frente de la selección eslovaca, no es nada conocido para el gran público. Su currriculum incluye una larga lista de empleos como profesional del fútbol, primero como jugador de categoría modesta y luego como asistente de técnicos como Luciano Spalletti, Eusebio di Francesco o Maurizio Sarri. Sin embargo, hace casi tres décadas se dedicó a un oficio poco habitual en la gente del balón, aunque en un campo en el que los italianos tienen una gran tradición.
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