La diseñadora Carmela Hontou causó un revuelo al inicio de la pandemia del COVID-19, allá por marzo de 2020, luego de haber legado de Europa y, antes de ser diagnosticado con SARS-CoV-2 -el coronavirus causante de la pandemia-, asistió a una boda con más de 500 personas en Carrasco.
Hubo diversas versiones sobre la posición de Hontou, y decenas de audios virales de personas que habrían estado en la fiesta en cuestión. Por entonces, la diseñadora declaró haber viajado el 22 de febrero de ese año a Madrid como conexión hacia Milán, la capital de la moda italiana. “Llegué sintiéndome bien y sin síntomas de ningún tipo. Pregunté si había alguna medida en el aeropuerto porque venía de Europa y me dijeron que no. Ese mismo día almorcé con mi madre de 84 años y de noche fui a un casamiento con 500 personas», contó.
“No fui al casamiento mal, no tenía ningún síntoma. Recién el domingo empecé a estar ronca y pensé que no era nada, tengo problema de reflujo y lo relacioné con eso”, aseveró como justificación de su comportamiento.
Luego, llegaron los síntomas: “Empecé con vómitos, llamé a un médico a domicilio y me diagnosticaron broncoespasmo”, siguió. Y en este momento empiezan las confusiones. Según declaró la médica que la atendió quiso internarla, pero ella afirma que no lo permitió “para evitar contagiar a otras personas”, prosiguió Hontou en declaraciones recogidas por Infobae.
Durante su cuarentena, por estar cursando el COVID-19, en el edificio Forum del Puerto de Buceo, en donde vive, fue visitada por sus hijos. El protocolo del Ministerio de Salud Pública de entonces obligaba a las personas que estaban contagiadas a estar totalmente aisladas, hasta que los tests dieran negativo y hubiese pasado un periodo preventivo adicional.
Las visitas de sus hijos fueron denunciadas por decenas de vecinos del edificio, y es esa la razón por la que Hontou cree que merece que se le paguen US$600.000, ya que estas denuncias, aduce ella, le causaron daños y perjuicios.
En el reclamo judicial reza que pide el dinero configura “la indemnización ocasionada por el daño irreparable que causó el hecho en su honor, intimidad, imagen y reputación”.