La residencia de ancianos Juan XXIII, donde el domingo se desató un incendio que acabó con la vida de tres internas , de 93, 90 y 64 años, incumplía seriamente las medidas de emergencia. Así consta en el informe de los policías municipales que acudieron al siniestro y que se jugaron la vida rescatando a las más de 30 personas que lograron sobrevivir, muchas de ellas con movilidad muy reducida. El atestado, al que ha tenido acceso ABC, señala que el aviso llegó a las 6.45 horas desde el propio geriátrico, en la calle de Proción, 10, de Madrid. Los agentes de la Comisaría Integral del Distrito de Moncloa-Aravaca comprobaron al llegar que las llamas procedían de la segunda planta (con 12 cuartos), de una habitación que daba a la parte trasera. Es en la que dormían las dos fallecidas nonagenarias. Cuando llegaron a ese piso, intentaron utilizar la boca de incendios que allí estaba, pero tenía tan poca presión, que se encontraba «inutilizada». Los policías municipales se vieron atrapados por el fuego y, sobre todo, por el humo. Y, al situarse en una planta en altura, tuvieron que bajar por las escaleras mientras evacuaban a otros ancianos. Sin embargo, estas «eran muy inclinadas y los pasillos muy estrechos». Todo ello, resultándoles «prácticamente imposible ver ni respirar» y cargando en brazos a estas desvalidas personas. Noticia Relacionada estandar No Muere la mujer que se encontraba en estado crítico tras el incendio en una residencia de ancianos de Aravaca Pese a esas dificultades, los agentes, con las indicaciones de tres empleadas, subieron a la segunda y tercera planta (7 habitaciones) y sacaron a casi todos los internos de esas habitaciones. El piso bajo está destinado a oficinas y zonas comunes y, a esa hora, no contaba con personas atrapadas ahí. En estas labores también participaron policías nacionales de la comisaría de Moncloa-Aravaca. Pudieron acceder a la habitación donde se originó el fuego, presuntamente al arder una batería en mal estado o un aparato de radio , pero tuvieron que hacerlo desde el exterior de la ventana. Las dos ancianas estaban quemadas y estos funcionarios procedieron a intentar reanimarlas, mientras llegaba el Samur-Protección Civil. Entonces, llegaron los Bomberos del Ayuntamiento y rescataron a otros tres residentes más. Había 39 en el centro cuando empezó el fuego. Señalan más irregularidades: la escalera que baja de la segunda a la primera planta tiene una puerta de acceso a la terraza, pero «estaba bloqueada». Del mismo modo hallaron otra puerta de emergencias del piso bajo, que debía dar al exterior y que convirtieron aquello en una ratonera mortal. De hecho, se hace destacar la toma de decisiones tan rápida y la extraordinaria labor de los policías, que, aun habiendo perecido en ese momento dos ancianas (una tercer mujer murió horas después en el hospital de La Paz, con el 70% de su cuerpo quemado), lograron salvar la vida al resto. Cuatro agenets sufrieron quemaduras y lesiones por inhalación de humo. La consejera de Asuntos Sociales, Fátima Matute, dijo ayer que el centro cumplía con las licencias y que en abril y agosto de 2023 había pasado las inspecciones pertinenetes. Desde 2009, la Juan XXIII cuenta con 37 de sus 39 plazas concertadas con la Comunidad de Madrid.