El BOE publica el cambio de titular al frente de la Casa del Rey, que se anunció a mediados del mes de enero
Justo un mes después de que Zarzuela anunciase que el diplomático Camilo Villarino Marzo sustituiría a Jaime Alfonsín Alfonso como jefe de la Casa del Rey, el Boletín Oficial del Estado (BOE) hizo ayer efectivo el cambio oficial. De este modo, arranca una nueva etapa en el reinado del Jefe del Estado.
El diplomático sustituye a Jaime Alfonsín Alfons, quien estuvo casi treinta años al servicio de Don Felipe, primero como Jefe de su Secretaría (1995-2014), siendo Príncipe de Asturias, y luego como Jefe de la Casa (2014-2024) tras su proclamación ante las Cortes Generales hace diez años (se cumplirán el próximo 19 de junio).
Con rango de ministro, se trata de una figura clave para el Jefe del Estado con funciones tan diversas como hablar con las instituciones, proponer un presupuesto o cuestiones relacionadas con la seguridad. Entre los hitos del currículum de Villarino figura el de Director del Gabinete de sucesivos Ministros de Asuntos Exteriores del Gobierno de España entre los años 2017 y 2021. Primero lo fue con el popular, Alfonso Dastis y mantuvo su cargo cuando la cartera pasó a manos de la socialista, Arantxa González Laya, destituida por su gestión en la entrada del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en España. A lo largo de su trayectoria profesional también ha desempeñado diversas responsabilidades en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, dentro y fuera de España.
El hecho de que haya colaborando con ministros tanto de PP como del PSOE así como su carrera internacional hacen pensar que mantendrá una buena relación con los ministerios. No olvidemos que el presidente despacha con el Jefe del Ejecutivo y a partir de ahora Villarino lo hará con los ministros así otros miembros de la Administración e Instituciones.
La llegada de Camilo Villarino a la Casa Real estuvo impregnada por la incógnita de cómo sentaría dentro del Ejecutivo la elección de un perfil político que había trabajado con gobiernos de distinto color y sobre el que se le atribuye un «perfil conservador». De hecho, tras su nombramiento, un miembro del Ejecutivo confesaban su «sorpresa» por la elección de Felipe VI y aventuraba posibles «batallas» entre la Casa del Rey y de Moncloa y una relación «tensa». Llegaron a asegurar que defendería por encima la «autonomía» de la Monarquía e ironizaban incluso con llamadas al Palacio de Moncloa si el Ejecutivo descuidaba la unidad de España. Lejos de esas apreciaciones individuales, la percepción general en el Gobierno es de buena sintonía y cordialidad. Oficialmente no hay una opinión al respecto más allá del total «respeto» a las decisiones que toma la Casa Real sobre la formación de sus equipos.
Fuentes gubernamentales aseguran a este diario que trabajarán con el equipo del Rey desde el «respeto institucional» y acallan cualquier tipo de polémica sobre el perfil de Villarino ante posibles tensiones con Moncloa, sobre todo en medio de la negociación de la ley de la amnistía con los independentistas. «Es un cargo institucional, no hay más debate», abundan estas fuentes, situando al margen la percepción que pueda tener el recién nombrado jefe de la casa del Rey sobre los pactos del Gobierno con sus socios. Se entiende en el Ejecutivo que cuando aceptas un cargo de responsabilidad, se trabaja desde un perfil más institucional, alejado de los tintes ideológicos. De hecho, en el Gobierno recuerdan que todos los actos del Rey deben estar refrendados por el Ejecutivo. Así, el presidente del Gobierno era conocedor del nombramiento de Camilo Villarino, según resuelven las citadas fuentes, como es también informado sobre los discursos del Rey, por ejemplo. Por tanto, en Moncloa dan por zanjada la polémica.
Otra de sus funciones será la gestión económica. Todavía con la incógnita de si habrá nuevos presupuestos o se prorrogarán las cuentas, desde 2021 la Casa Real cuenta con 8,43 millones de euros. Villarino será el encargado de ejecutarlo. Por otro lado, también le corresponde fijar la coordinación entre la Guardia Real y el Servicio de Seguridad.
