El baloncesto es un deporte que presume de ser complejo, y tiene muchas razones para ello. El juego de los juegos, con permiso del ajedrez, es una disciplina que se desarrolla en un enriquecedor choque de variantes en las que conjugan la táctica, el físico, el miedo a fracasar, la inercia de las victorias y, por supuesto, el inexorable empuje del talento, fuente única de su atracción. Sin embargo, a veces basta con seguir los pasos de la lógica para descifrar torneos tan puros como la Copa del Rey. Málaga acogía la 88ª edición del torneo del K.O. con la esperanza de ver a su equipo ...