El
Barça ha adolecido de desequilibrio en las bandas esta temporada y tiene muy claro que quiere fichar un extremo izquierdo para el próximo curso. La marcha de
Ousmane Dembélé rumbo al
Paris Saint-Germain supuso una pérdida muy sentida para
Xavi Hernández, que confiaba plenamente en su calidad para desbordar por la banda. El francés hizo uso de la cláusula de rescisión por 50,4 millones de euros la segunda semana de agosto dejando a
Lamine Yamal como único extremo en la banda derecha.
Dembélé, quizá el mejor ambidiestro del continente, podía jugar además en la izquierda. Por allí actuaba además
Ansu Fati, que también abandonó el club en el último suspiro del mercado estival para ir cedido al
Brighton. Llegó en su lugar
Joao Félix, con quien se cuenta, pero con unas virtudes futbolísticas para jugar más de fuera hacia dentro y no tan pegado a la cal como hacía Ansu en sus mejores tiempos.
Ferran Torres, criado como extremo derecho, también ha actuado en el flanco izquierdo pero con la misma tendencia a no abrir el campo para explotar su gol llegando en diagonal.
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